La salud de los niños sigue viéndose amenazada con la creciente incidencia de sobrepeso y la falta de actividad física, como hace ver la asesora de nutrición Margie Álvarez, de Extensión Cooperativa de la Universidad de California. Álvarez: “Estamos viendo muchos casos de niños con diabetes infantil, niñitos de cinco y seis años con problemas de presión arterial alta. Y es por la clase de alimentos que estamos dándole a nuestros hijos”. Por eso además de recomendar que el hogar se ofrezca una alimentación más sana, con más frutas y verduras y menos grasas y azúcar, Álvarez y sus colegas enfatizan la actividad física como la forma más efectiva de controlar el sobrepeso.  “Que el niño no esté tan estático, motívale a realizar deportes”

¡Es tan bueno comer lo que quieras! pero ¿será igual de saludable? Toma nota

La comida rápida es fácil, práctica y sabe muy bien, sin embargo, por su alto contenido de calorias, debe evitarse lo mayor posible, sobretodo cuando se trata de tus hijos.  Una reciente investigación arrojó que más del 90% de los menús infantiles excedían las 430 calorías, Eso significa un tercio de lo recomendado al día para niños de 4 a 8 años de edad.

Las calorias, no son el único exceso preocupante en la comida para niños. Las grandes cantidades de sal y grasa en estos alimentos afectan la salud de los pequeños y hacen muy difícil la tarea de encontrar algo saludable en el menú.

La comida poco saludable de restaurantes contribuyen a que los índices de obesidad infantil se tripliquen en las últimas dos décadas. Además, otros riesgos que se presentan en los niños al ingerir comida rápida son colesterol y presion alta así como el nivel del azúcar.

Los dulces y la salud

¿Qué riesgos corres por comerlos a toda hora?

Contra lo que dice el refrán, en realidad no es tan fácil quitarle un dulce a un niño, sobretodo cuando hemos sido los propios padres los que le hemos educado. Hay que entender que los dulces no son enteramente malos, pues proporcionan la energía que el cuerpo necesita para continuar. Pero hay que saber cuándo le das un dulce a tu hijo y por qué se lo das. Se sabe que el cuerpo de un niño necesita consumir hidratos de carbono (que producen azúcar) hasta que estos representen el 50% del total de nutrientes que consume diariamente. El problema aparece cuando el consumo es desordenado. La hipoglicemia, es un mecanismo que nos genera la sensación de hambre en la mañana y en la tarde. Los dulces elevan los niveles de azúcar en la sangre hasta lograr un grado de glicemia considerado normal, con lo que se anula la sensación de apetito, por ello si lo comen constantemente no sentirán hambre privándose de nutrientes esenciales.

Las grasas en los alimentos

Definitivamente es difícil encontrar a alguien que voluntariamente quiera privarse de una comida deliciosa. Una buena langosta, bien preparada es una exquisitez y quién diría que ciertas condiciones de salud la contraindican. Si eres una persona declarada diabética o si tienes propensión a llegar a serlo se recomienda que tu dieta sea saludable y evites los alimentos ricos en grasas, que luego terminarán convirtiéndose en azúcar, tales como mariscos, mantequilla, mayonesa, aceite, harinas refinadas  y cereales no integrales. Decídete a estar más saludable.

La mantequilla y la salud

La mantequilla no es una opción saludable para el corazón, porque sus grasas saturadas superan con creces las grasas trans de las margarinas. Además, la mantequilla contiene colesterol, lo cual puede incrementar las concentraciones de colesterol en algunas personas; la margarina, elaborada con ingredientes vegetales, no  lo contiene.

Alimentos fritos

Son recientes las evidencias de que un nuevo tipo de toxinas, generadas cuando alimentos con proteínas en especial los de origen animal se cuecen a altas temperaturas, podrían estar vinculadas con el desarrollo de la diabetes o el Alzheimer. Son compuestos pro-oxidantes,  que se generan cuando son cocinados a altas temperaturas.

Deliciosas y peligrosas

Así podríamos describir a las papas fritas, amadas por chicos y grandes, mismo público que se perjudica al ingerirlas de forma cotidiana, ya que son ricas en grasas, por la cualidad absorvente de la papa y la cocción de la misma a altas temperaturas.