Novedoso aporte historiográfico
de Fernando Infante

Novedoso aporte historiográfico<BR>de Fernando Infante

 REYNALDO R. ESPINAL
Nueva vez – como fruto exquisito de su encomiable faenar historiográfico incursionando en los complejos y diversos meandros de la Era de Trujillo – nos entrega el respetado historiador y amigo Fernando Infante una obra que, a no dudarlo, marcará un hito de ineludible referencia como aporte a la investigación histórica en la República Dominicana: Nos referimos a su extraordinario trabajo «La Era De Trujillo: Cronología histórica (1930-1961).

Editada bajo los finos cuidados de la Editora Collado, del reputado y veterano periodista Lipe Collado, la obra se compone de dos tomos, de 450 páginas cada uno, en una encuadernación elegante y digna, prologada por el connotado historiador dominicano Franklyn Franco Pichardo.

Los méritos historiográficos de esta obra son múltiples y resulta imposible resumirlos en el restringido marco de un artículo periodístico. Baste significar, por lo pronto, que en nuestro país los estudios cronológicos han brillado por su ausencia, y que los mismos no han merecido de quienes se dedican a la investigación historiográfica la atención que dicho género merece. No parece ser menor, empero, su importancia, a juzgar por la afirmación del genial filósofo inglés Francis Bacón, para quien la cronología- es decir la «sucesión ordenada de los hechos» – constituía, conjuntamente con la geografía, «el ojo de la historia».

El mérito primero de este nuevo aporte historiográfico de Fernando Infante radica, pues, en que con el mismo, se vuelve a dar vida a un género historiográfico que aguardaba en nuestro quehacer intelectual una resucitación desde que nuestro más genial y prolífico compilador histórico Don Emilio Rodríguez Demorizi, publicara en dos tomos su «Cronología de Trujllo», los que, como se sabe, constituyen los volúmenes 9 y 10 de la famosa Colección de la Era De Trujillo de 1955, publicada al cumplirse los primeros 25 años del régimen.

Sin que ello constituya desmeritar el singular aporte que hiciera Don Emilio a este género, es de justicia reconocer que «La Era de Trujillo. Cronología histórica (1930-1961), constituye la más rigurosa y pormenorizada cronología que se haya publicado hasta el momento sobre «La Era».

Y decimos por «por razones de contexto», porque es preciso advertir, para no caer al respecto en enjuiciamientos ligeros y superficiales, que el culto al autócrata y sus realizaciones – y la cronología de Don Emilio por razones obvias no escapa a ello- constituía la nota dominante a la que debía sujetarse, casi en su totalidad, la producción intelectual de la época. Lo habitual era por tanto «la censura», el orillar o suprimir adrede de la relación ordenada de los hechos, aquellos que empañaran la magnificencia del tirano y su régimen.

En este sentido, es de justicia reconocer que Fernando no se ha visto limitado por este terrible condicionamiento de los regímenes totalitarios, mediante el cual se castra la posibilidad de que el espíritu se sumerja en la búsqueda sincera de la verdad histórica.

No es menos importante, empero, para justipreciar en toda su significación este nuevo aporte historiográfico, reparar en las razones metodológicas que hacen de esta cronología más que una simple y mecánica relación de hechos y personajes. Fernando, inclinado por formación académica a ver la historia con ojos de sociólogo- ha auscultado – y así lo refleja su cronología- en todos los entresijos de la época; ha penetrado en esos cauces, aparentemente anodinos y poco relevantes, que constituyen la corriente subterránea con el que se forma el gran río de la historia.

Fueron los grandes maestros de la historiografía francesa contemporánea, con Fernand Braudel a la cabeza, quienes nos han hecho mirar la historia con nuevos ojos, rehuyendo el pecado propio de las historiografías «chauvinistas» y tintadas de orgullo nacionalista, tan proclives a resaltar los grandes acontecimientos, olvidando aquello que Don Miguel De Unamuno definió como «intrahistoria», donde se expresa la vida en toda su vitalidad, a pesar de los constreñimientos políticos propios de las tiranías opresivas. Fernando ha logrado captar este requerimiento esencial de toda historia social y por ello su obra se demarca- sin apartarse- de lo que comúnmente encontramos en obras de este género.

Esta cronología será, por tanto, una obra de imprescindible consulta para historiadores, académicos, abogados, periodistas, sociólogos, y todos aquellos que sientan curiosidad, no sólo por acercarse a la sucesión rigurosa y ordenada de los hechos que forman la Era de Trujillo, sino- y ello es lo más importante- sentir los pálpitos de la sociedad de la época, los que no son reductibles- por mucho que al respecto se escriba y se diga- a la mordaza tiránica del dictador y sus adláteres.

No tenemos más que felicitar nueva vez a Fernando por este nuevo y necesario aporte como siempre tan riguroso y  significativo – al quehacer histórico nacional. Todos los que les queremos y valoramos su trabajo intelectual, estuvimos junto a él el pasado jueves 9 de agosto en la sede de nuestra ilustre Academia Dominicana de la Historia, para unirnos a su natural júbilo y el de su editor, en la puesta en circulación de esta investigación tan meritoria.

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