Novedoso programa de financiamiento agrícola

Novedoso programa de financiamiento agrícola

POR MARIO MENDEZ
SAN JUAN DE LA MAGUANA.-
Miles de tareas de terrenos, aptas para distintos cultivos, especialmente habichuelas, están abandonadas y en barbecho en este valle llamado el granero del Sur, porque cientos de pequeños y medianos agricultores no pueden obtener crédito por carecer de las garantías que exigen los bancos.

La producción y productividad atribuida a este lugar se reduce en cada temporada por la salida forzosa de estos campesinos que no pueden sembrar porque no hay recursos económicos.

Hacen falta recursos  importantes para  preparar el terreno, fertilizarlo, adquirir la semilla, sembrarla, para la asistencia técnica y luego la recolección y comercialización de la cosecha. Para todos estos pasos en el predio hacen falta recursos.

El Estado desarrolla cada temporada programas de preparación de suelos y subsidia en algunos casos la semilla, pero el programa oficial no puede incluir a todo el que tenga tierra disponible.

Cientos de agricultores para los cuales el Estado no alcanza, han sido incorporados en un programa agrícola que ha dado resultado en cultivos como la caña de azúcar y el maní.

Los agricultores han encontrado en el agro empresario Víctor Herrera, presidente de la hacienda «Mis Amores», una especie de «alianza estratégica» en la que solo tienen que poner el terreno que poseen, ya sean las 15, 20, 30 o 40 tareas y su mano de obra.

Con un fondo de RD$60.0 millones se ha podido financiar el cultivo de habichuela en miles de tarea que estuvieron abandonadas por falta de recursos de sus propietarios.

Gracias a esta modalidad han puesto a producir sus predios, y ganarse el sustento de sus familias y la educación de sus hijos.

Alrededor de 430 pequeños parceleros en este valle, que no son elegibles para el financiamiento en la banca comercial por carecer de garantías, han encontrado la manera de producir habichuela y cebolla en sus predios.

Los agricultores, propietarios de pequeños predios de entre 20 y 60 tareas, han encontrado en el propietario de la hacienda «Mis Amores» en el kilómetro 5 de la carretera  Santomé -Las Garitas, El Corbanito, la oportunidad que no le dan otros centros de financiamiento, incluyendo el Banco Agrícola, porque sus parcelas son pequeñas y no disponen de las garantías exigidas por la banca.

El fondo para la asistencia financiera se hace con la ayuda de la banca, en tanto que Fertilizantes Químicos Dominicanos, coopera con la asistencia técnica y el suministro de los insumos.

Herrera manifestó que cuando un pequeño y mediano agricultor se le acerca para que lo incorpore al programa, luego de una evaluación,  le prepara el suelo, financia la semilla, la siembra, la asistencia técnica y al final, le compra la cosecha a un precio convenido por quintal, y al calcular los gastos y el préstamo le son descontados y el productor recibe la parte restante que es su ganancia.

«Tengo muchos años aplicando lo que sería como un colonato igual a como se hacía con el maní, como hacen los colonos con la caña de azúcar. Tengo 430 agricultores, que hacemos  algo como un negocio, donde ellos ponen la tierra, nosotros le aportamos las maquinarias para la rotación de los

terrenos, le damos el financiamiento, le damos soporte técnico y los insumos. Cuando la producción viene, entonces llegamos a un acuerdo con los precios, tomando en cuenta el promedio en el mercado, liquidamos la cosecha y me encargo de comercializarla».

Gracias a esa modalidad, muchos sanjuaneros han podido producir sus predios y ganarse el sustento familiar. Herrera manifestó satisfacción personal por esta experiencia, no sólo por ayudar a los que no pueden a producir en sus tierras, sino por la cantidad de empleos que genera la iniciativa y el flujo

a los mercados de productos nacionales del agro. Herrera exhortó al sector oficial del agro a darle apoyo a esta iniciativa privada, precisamente en momentos en que la apertura de los mercados se hará en base a competir con una realidad, que los países desarrollados subsidian las exportaciones de los bienes y rubros agrícolas y hay una distorsión de los mercados. «Si no tenemos un apoyo e incentivos, los agro empresarios no podrían seguir con programas como estos que dan resultado y ayudan a muchas personas».

Dijo que era necesario un cambio de imagen en los agro empresarios que piensen que no son campesinos, sino inversionistas haciendo negocios en el campo, lo cual dijo es posible y rentable.

Agregó  que «Lo que más nos satisface de este programa es contribuir a que estos pequeños agricultores puedan estar seguros de que van a sembrar, de que podrán llevar el pan a la mesas de su casas y que podrán seguir educando a sus hijos, eso nos llena de regocijo, a una persona como yo que vengo de extracción humilde, seguros de que podrán tener lo que el Estado le da dificultades brindarle, porque no hay una política definida», sostuvo Herrera.

Pero como nada es perfecto, el proyecto ha tenido sus altas y bajas, y lo atribuyó a que a veces el sector oficial agropecuario ha sentido celos.

«En la administración pasada tuvimos muchas vicisitudes con una semilla de habichuela que teníamos guarda, que era parte de este paquete, ahora hemos tenido que importar cimientos nuevos importados, porque ya no teníamos nuestro banco de semilla, pero ya con esta cosecha que tenemos plantada volveremos a restablecer nuestro depósito con semillas idóneas, adaptadas al valle y seguir adelante con esta iniciativa privada, esperando que quienes tienen aspiraciones políticas vean que es trabajando que estamos».

El problema con las semillas se ha ido resolviendo sobre la base de las negociaciones con las nuevas autoridades.

Pero hay otro inconveniente, el oportunismo acecha el proyecto, y ahora que se acerca la cosecha, ya hay quienes se han acercado al Banco Agrícola «tal aves de rapiña», para ofrecerle dinero para prestarle a los productores.

«Pero no tuvieron la iniciativa de ponerse a preparar terreno, de proporcionar semilla, crédito, asistencia técnica, sino que ahora llegan como los buitres cuando ven la carroña que hacen ronda en el cielo».

MODELO

Herrera tiene una finca en la que aplica tecnología de punta para la producción de papa, cebolla, sandias, melones, zanahorias y habichuelas en donde se aplican métodos de siembra y equipos importados.

La plantación es visitada por estudiantes, incluyendo los de agronomía de las universidades de San Juan de la Maguana para conocer de los métodos de trabajo y los equipos. Allí reciben información del encargado administrativo y del técnico que le da soporte a las cosechas.

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