Novela de Junot Díaz expone triple fracaso

Novela de Junot Díaz expone triple fracaso

Antes de entrar en materia acerca de lo anunciado en el título, deseo volver con una frase a la que aludí en una crónica anterior.

Se trata de la frase de Junot Díaz donde existe una correlación de [i] y de [ai, diptongo inglés]. Es un acierto en la obra original, ¿pero lo es en la traducción?: “Which is why it’s important to remember fukú doesn’t always strike like lightning.”

“Strike like lightning” nos recuerda la famosa frase analizada por Román Jabokson “I like Ike” en su ensayo “Lingüística y poética”. Tal frase no pertenece a un poema, sino a una consigna electoral de la campaña de Einsehower. Una pegada publicitaria. No dejo de pensar en dicha frase cuando leo el texto inglés de Junot. Si la memoria me remite a Jakobson, es porque huele a cliché. El primer miembro de la frase: “Which is it’s important to remember” empalma con las [i] y “why” es la memoria lejana del resto de la frase cuyos signos contienen el diptongo [ai] como juego de palabras y paronomasia.

¿Por qué simboliza la novela de Junot Díaz un triple fracaso? Porque a través de sus 335 páginas en inglés y las 350 en la traducción de Achy Obejas, el personaje principal, Óscar Wao, y su cortejo de personajes secundarios, simboliza el fracaso de la sociedad dominicana, el de la diáspora que tal sociedad engendra con vigor después de 1966 y el de la escritura que no puede convertirse en la transformación del lenguaje propio de la sociedad dominicana que quedó en la isla ni en el de la diáspora que plantó su tienda en los Estados Unidos, ya que tal lenguaje es un híbrido mezcla de inglés y español. Con el personaje principal no se transforma nada: “Óscar vería los besuqueos, el sube y baja y los empellones durante toda su triste y asexuada adolescencia. ¿Qué más podía hacer?” (p. 32)

La ficción de Junot Díaz no puede ir más lejos que la realidad. Comparada con la italiana o la judía, la migración o diáspora dominicana es tan reciente como un bebé. Surgió ayer, mientras que las otras dos llegaron en el siglo XIX y se asimilaron a la cultura norteamericana y le aportaron el caudal cultural y artístico europeo. La novela de Mario Puzo, “El padrino”, es el símbolo de esa autonomía e integración. Ambas se producen cuando lo económico y lo político se funden en una unidad dialéctica con dominancia de lo político, sin anulación de lo económico.

En la novela de Junot Díaz está ausente, y es obvio, el poder económico y político de la diáspora dominicana. Solo aparece el producto: la droga o sus consumidores. Pero aparece de tal manera que no se explica cómo funciona el cártel dominicano, tan poderoso que un reportaje de aquella urbe informa que ha desplazado a los demás competidores. Eso hizo la mafia en los años 30 y luego, hacia finales de los 50 y principios de los 60 entró en el mundo del negocio de las drogas y ya no se conformó con la estrecha concepción europea de la mafia: extorsión y venta de seguridad. Incluso ese salto le permitió sobrevivir a los acosos del poder de Washington cuando casi todas las familias mafiosas fueron a la cárcel y por poco las destruye el poder político.

Con la destrucción de Israel por Vespasiano y Tito, la diáspora judía llega a Roma como mano de obra esclava, pero su legitimación dondequiera que ha emigrado se debe al control del comercio y el arte, control que le permite a veces participar del poder político o defenderse si es atacada como comunidad. Las persecuciones en Europa antes y después de la Inquisición no pudieron vencer a la diáspora judía allí donde se asentó.  Así pasó a América con el Descubrimiento. Así llegó, casi callando, a la colonia inglesa de Norteamérica y para el siglo XIX está firmemente asentada con su dominio del comercio, las finanzas y, para el siglo XX, con el dominio de la esfera artística y literaria.

De modo que las obras literarias de la diáspora hispanoparlante (con sus autores y autoras de Puerto Rico, México, Cuba y la República Dominicana) no pueden ir más lejos que su realidad social implantada en territorio de los Estados Unidos. Les falta todavía agotar el largo de proceso de acumulación de riquezas que desembocó en la creación de los Estados nacionales vividos por las diásporas italiana y judía, cuya legitimación e integración he esbozado arriba. En el Caribe, tal proceso ha sido una opacidad. Y esa misma opacidad la reproducen las diásporas caribeñas insertadas en un Estado nacional burgués como el norteamericano. Reglas y culturas precapitalistas en contra de reglas y culturas capitalistas. El resultado de este choque es el anonadamiento de los inadaptados o la sobrevivencia precaria de los que se colocan al margen de las reglas.

Esta dicotomía produce sus artistas y escritores en un momento en que ya estos se integran y no hablan el idioma de sus padres, sino el del país de adopción. Obras como la de Junot Díaz son la transición hacia la integración, pero con muchos flecos de rebeldía. Lo cual muestra con claridad el híbrido lingüístico y discursivo del narrador y sus personajes.

He aportado un método de lectura no solamente para la traducción, sino para lo político, lo histórico y lo social de la obra. No necesito pasar al capítulo uno y a los siguientes para evidenciar lo que he escrito hasta ahora. Ningún análisis debe ser exhaustivo.

En síntesis

La diáspora

¿Por qué simboliza la novela de Junot Díaz un triple fracaso? Porque a través de sus 335 páginas en inglés y las 350 en la traducción el personaje principal Óscar Wao y su cortejo de personajes secundarios, simbolizan el fracaso de la sociedad dominicana, el de la diáspora que tal sociedad engendra con vigor desde 1966..

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