Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Efesios 1: 3
Cuántos nos afanamos por obtener algo y cuántos de nosotros hemos puesto nuestra esperanza en un trabajo, un negocio, una herencia, un jefe, un familiar, considerando que nuestra bendición va a llegar a través de uno de estos.
Ponemos nuestra mirada en las cosas que se ven y pueden tocarse, pero qué lejos de la verdad estamos. Nuestra bendición no está en manos de alguien, sino en Cristo Jesús. Es difícil hacerle entender al hombre que deje de ver lo terrenal y vea lo celestial. Dios nos ha bendecido con toda la bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Es decir, que nuestra bendición no es natural sino sobrenatural, y solamente en el Espíritu podemos concebir lo que el Él nos ha dado ¿Cómo podemos tomar esta bendición? Viviendo una vida en el espíritu.
Vivamos a Cristo y, de esta manera, Él nos mostrará todo lo que tiene para nosotros; porque nuestra bendición no es de ahora sino desde antes de la formación del mundo. Y aquellas cosas que jamás consideraste que puedan ser tuyas, cosas grandes y poderosas, son las que Él tiene para todo el que las reciba en el espíritu. El Cielo es para nosotros y ese es el lugar donde están nuestras bendiciones.