Nuestra Catedral primada

Nuestra Catedral primada

GABRIEL ROEDÁN HERNÁNDEZ
Pude haber titulado este artículo de una manera menos impactante, pero el propósito es llamar su atención para que lo lea. En vez de «patito feo» pude escribir «La Catedral Inconclusa» o «La Catedral remendada», pues de eso se trata. Todas las iglesias principales, basílicas y catedrales de nuestros pueblos lucen terminadas.

Impresionante como la basílica de Higüey; bella como la catedral de San Pedro de Macorís; llamativa como la futurista arquitectura de La Vega Real, etc… Todas las iglesias de los tiempos de la colonia y los siglos 16 y 17 fueron terminadas: Higüey, Santo Cerro, Boya, etc… y en Santo Domingo, Las Mercedes, Regina, Santa Bárbara, Los Dominicos, etc…

¿Qué pasó con nuestra catedral? ¿Por qué nunca fué terminada? Comencemos por el campanario. El arquitecto dejó la base, ahí está todavía, majestuosa, de proporciones muy generosas, delineadas con grandes bloques de piedra, lo cual indica el área apropiada y soporte para levantar una torre que sobrepase la bóveda central y se destaque en la silueta colonial. Y que hemos hecho con esa magnífica base? La remendamos con un pequeño y ridículo campanario, con tres campanitas, ni siquiera hecho con piedras, sino con ladrillos! Y con ladrillos hemos remendado sus cuatro fachadas. Los peores remiendos aparecen en la que mira hacia el este.

La fachada frontal y la trasera, o sea la oeste y la este, ofrecen cierto grado de simetría y balance arquitectónico que hace que luzcan agradables, no así las fachadas sur y norte, en cuyos conjuntos no existe armonía. Sus líneas y diseño no siguen ninguna escuela arquitectónica establecida, por eso algunos han optado por llamarle «Plateresco» para salir del paso.

La rudimentaria y fea verja que en forma de L pretende proteger la entrada frontal hoy día no tiene propósito. Entiendo fue eregida muchos años más tarde con el fin de evitar turbas y saqueos; sin embargo, las puertas sur y norte no fueron protegidas con verjas. Que sepamos, no conocemos otras catedrales en América o Europa rodeadas por verjas en sus entradas. La razón para la verja ya no existe, y por ende debe desaparecer. La placita frontal quedaría anexada al parque colón, lo cual le daría un toque imponente a la fachada principal.

Porque no reparar y terminar nuestra catedral? Cuan feliz se sentiría en el paraíso el diseñador original al ver al fin terminada su obra! ¡Y cuan feliz y orgulloso el pueblo dominicano! Si pudimos construir la basílica de Higüey y la catedral de La Vega, podemos terminar la catedral! ¡Dejemos de pasar vergüenza ante el mundo!

Recordemos que la muralla china fue construida en un período de 1,700 años! la catedral de Colonia, Alemania, tomó 632 años para terminarla. La Catedral Episcopal de San Juan El Divino, en el corazón de Manhattan, New York City, lleva más de 100 años construyéndose, aun hoy día sigue la construcción y esos son tan solo tres ejemplos! Dejemos la abulia y las excusas a un lado y terminemos nuestra Catedral ¡Manos a la obra! ¡Que el patito feo se convierta en un hermoso cisne!

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