Día tras día, cuando camino por las calles de nuestra ciudad, percibo cómo sus problemas estructurales siguen vigentes mientras el tiempo pasa. Imaginar nuestra ciudad, como un lugar digno de visitar, de echarse una foto o de tan siquiera tomar un bus turístico para simplemente contemplar lo bello de nuestra ciudad; como se hace en Barcelona, Madrid o Paris, parece que será misión imposible y no precisamente la de Tom Cruise. Al que le dicen que en Paris se hace turismo hasta en un cementerio tal vez no lo cree, pero es así; me podrían decir: sí, pero estas hablando de París, una ciudad del primer mundo, a lo que yo podría contestar: me tienen “mareao” con el mismo discurso desde la colonización. Lo que resulta tan difícil, a mi me parece a veces tan simple como el mero hecho de tener la voluntad de lograr un cambio positivo.
Ciertamente en nuestro país las cosas cambian, pero tal parece que los cambios son matizados con tinte Lampedusiano, porque realmente todo cambia pero todo sigue igual. La cosmética es la herramienta principal, que los alcaldes de las ciudades de nuestro país tienen en su “Caja de hierros”. Ya los dominicanos estamos cansados de paños tibios y de que nos hablen bonito, queremos resultados en base a un trabajo eficiente.
Por mencionar un caso; el Distrito Nacional sigue teniendo los mismos problemas, que tenía hace muchos años, lo sé porque en ocasiones mi madre se desahoga conmigo, y exclama airada… ¡Todavía estamos así! , a lo que yo le agrego de inmediato: es que llegan a cambiarlo todo para que todo siga igual. ¡Bulto y paquete! ; Pero hasta que llegue alguien a la Alcaldía del DN que haga más y que diga menos; alguien que gobierne desde la Alcaldía para todos, no para una parte de los ciudadanos; alguien que no necesite ser remolcado por el Ministerio de Obras Publicas; alguien que tenga un plan, que haya demostrado ser buen gerente; alguien con resultados que mostrar, con capacidad probada. Ese alguien puede ser el Arq. Alejandro Montas; ojalá que en algún momento decida aspirar a esa posición, porque yo estoy seguro que contará con el apoyo mayoritario de la población. Jóvenes, Mujeres, la clase media, los empresarios y los de “abajo”, a los que nunca ha abandonado.
¡Nuestra ciudad merece mejor suerte!