Nuestra convivencia

Nuestra convivencia

Si entendemos convivencia, como la acción de convivir, es decir, de vivir en compañía de otros, entonces nos referimos a ese concepto vinculado a la coexistencia pacífica y armónica de grupos humanos en un mismo espacio.

En vista de que el ser humano es un ser social, y por ende, ninguna persona vive absolutamente aislada del resto, la interacción entonces, con otros individuos es imprescindible para el bienestar y la salud, aunque indiscutiblemente, la convivencia, de todas formas, puede resultar difícil por las diferencias de todo tipo (sociales, culturales, económicas, etc.) que existen entre los hombres.

De momento, pudiéramos creer que eso es algo ajeno a nuestra realidad, o peor aún, que hay total incapacidad de asumirla, pero sin lugar a dudas, el respeto y la solidaridad son dos valores imprescindibles para que la convivencia armónica sea posible. Por supuesto, existen distintos niveles o tipos de convivencia: la convivencia con la familia en el seno de un hogar es muy diferente a la convivencia con otros seres humanos en el marco de una comunidad (un barrio, una ciudad o hasta en un edificio o residencial), ya que la intimidad de ambos casos es incomparable. Pero está más que claro, que una mejor convivencia, con lazos sociales estrechos, contribuye al bienestar general.

El ser humano no es un ser solitario sino todo lo contrario, somos seres sociales. Necesitamos de los demás para vivir mejor y poder desarrollarnos; sin embargo estos otros seres a los que necesitamos son diferentes. A raíz de que la diversidad es la clave de la humanidad, todos somos humanos y diferentes, esta característica es lo que me alimenta y me hace crecer como persona pero también es la diferencia la que me provoca el conflicto, el cual está relacionado mayormente, por esas dificultades humanas que conlleva la convivencia. Cuando se aprende a armonizar los intereses individuales con los colectivos, los conflictos comienzan a resolverse de manera constructiva, resaltando la noción de vivir en medio de la diferencia.

La vida social se compone de una mezcla entre el conflicto y la cooperación y de esta mezcla debemos hacer surgir sociedades que se caractericen por su buena convivencia, es por esto, que uno de los objetivos de la ética es ayudar al ser humano a encontrar formas de convivencia justas, en las que se propicie al máximo el crecimiento personal. No podemos tener como objetivo la eliminación del conflicto sino que nuestro propósito sea que esos conflictos se puedan resolver de una manera pacífica, a través del diálogo, la negociación, la palabra y NUNCA la violencia.

Un factor de primera importancia en la formación, para favorecer las instancias de aprendizaje cognitivo, mejorando logros y resultados, es el objetivo de lograr una buena calidad de convivencia, que incida significativamente en la calidad de la vida personal y común a todas las personas.

El ser humano se enfrenta a diario a contextos de convivencia en la que es socializado de una u otra forma, la manera de convivir se aprende en cada espacio en que se comparte la vida con otros y se enseñan principalmente conviviendo.

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