Nuestra democracia y los partidos políticos

Nuestra democracia y los partidos políticos

LEANDRO GUZMÁN
La democracia, tanto en la República Dominicana como en los países que la practican, se nutre de los partidos políticos. Esas organizaciones, a la vez, se apoyan en antecedentes históricos que justifican su existencia, sin los cuales carecían de sentido. En este momento, la democracia dominicana tiene su soporte en tres partidos importantes, que son el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), aparte de algunos movimientos políticos ideológicos muy débiles y otros simplemente oportunistas.

Se trata de entidades que nacieron y se fortalecieron bajo un liderazgo ya desaparecido, lo que en los dos últimos casos ha generado una división difícil de superar, excepto si quienes actualmente dicen ser sus representantes suman voluntades y se unen, algo dudable, por lo menos por ahora.

La división que afecta al PRD y al PRSC solamente tiene un beneficiario, que es el PLD. Los grupos que se disputan el liderazgo en el PRD y el PRSC, en la creencia de que tienen los líderes carismáticos de antes, han perdido la perspectiva. No se dan cuenta de que el Partido que en este momento ejerce el Poder por el voto mayoritario, aprovecha esas debilidades para fortalecerse durante una etapa en que la oposición virtualmente no existe. No existe porque hay una especie de tregua, sustentada porque la gente común piensa que fueron demasiados los problemas heredados de la pasada administración. Pero, además, porque sus sucesores, vale decir el gobierno del PLD, han logrado sortear las barreras de algunas desconfianzas, lo cual se suma a factores internacionales coyunturales, entre ellos el Acuerdo con la República Bolivariana de Venezuela, que en cuanto respecta al suministro del petróleo es un gran alivio por los favorables aspectos financieros para la República Dominicana.

El PLD tiene la ventaja, aparte de que ejerce el Poder, de haber capitalizado algo que tiene que ver con las conmemoraciones históricas. En ese sentido, ha honrado con actos públicos la memoria de su mentor y guía, Juan Bosch; la lucha evolucionaria llevada a cabo por aquella pléyade de jóvenes, hombres y mujeres, por restituir la constitucionalidad perdida con el fatídico Golpe de Estado de 1963, pero, además, con el reconocimiento de figuras señeras que otros gobiernos habían olvidado. Es decir, mientras quienes debieron haber hecho eso no lo hicieron y ahora están divididos, el PLD, independientemente de que logra ventajas políticas, crea sentimientos de simpatías en amplios sectores populares que apoyan sus iniciativas intangibles.

Son precisamente esos sectores los que esperan que se inicie el proceso de transformaciones que el país demanda, proceso que fue soslayado por el Gobierno de Hipólito Mejía, quien por su afán reeleccioncita se olvidó de las enseñanzas del doctor José Francisco Peña Gómez, siempre contrario a la reelección y quien le había proyectado para que finalmente concretara sus aspiraciones presidenciales en el año 2000.

Si el PRD, como principal figura opositora de acuerdo a los últimos resultados electorales del 2004, junto al PRSC que quedó en tercer lugar, no logran su unidad interna, que se preparen para jugar un precario papel en las elecciones congresuales y municipales de medio término previstas para el 2006. Esto significa que el PLD podría asumir el control de los Ayuntamientos y del Poder Legislativo, en cuyo caso se alejarían todavía más las posibilidades de que el PRD y el PRSC vuelvan a dirigir los destinos nacionales. No tenemos una bola de cristal para decir que esto sucederá, pero todos sabemos que es posible.

Está demás decir que, en vista de que la Constitución actual permite reelección del presidente por un solo periodo, se allana el camino para que el presidente Leonel Fernández se reelija, como desde ya vislumbran algunos dentro del PLD. Pero, en el caso de que él, siguiendo las pautas de Bosch -contrario a la reelección- no opte por un nuevo período el PLD con Jaime David Fernández Mirabal encabezando la boleta le sería muy fácil marginar a una oposición dividida si eventualmente la desplaza del Congreso y de los Ayuntamientos.

En el caso del PRD, es una organización acostumbrada a permanecer mucho tiempo fuera del poder, de modo que permanecer en esa situación no sería una novedad, ni deshonroso. En el caso del PRSC es diferente, puesto que a pesar de que ha estado fuera del Poder, siempre ha logrado tener sus cuotas razonables, como quien dice estamos acostumbrados a permanecer en el poder, ahora sin Balaguer porque salir de él, sin ánimo de que se interprete mal.

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