Nuestra Policía, pero caramba, mi General

Nuestra Policía, pero caramba, mi General

El mayor general Manuel Castro Castillo ha proclamado que la Policía Nacional dejará de ser «ineficaz, mediocre y mal valorada», según reseña el periódico HOY, 1ro. de noviembre/2014.

Sin embargo, ese mismo día, dos hechos muy cercanos a nuestro accionar desmienten la proclama del Jefe policial, ya que estas acciones delatan de cuerpo entero las debilidades y vicios de nuestra Policía Nacional.

Dos niñas residentes en Manoguayabo (Santo Domingo Oeste) fueron despojadas de propiedades mientras se encontraban conversando «frente a frente» al destacamento P.N., del populoso sector.

Asly Gómez, de trece años, conversó con nosotros, ya que nos unen lazos sanguíneos y relató que mientras conversaba con su table en las manos con su amiguita Daniela Pérez Sosa, fue despojada de la misma por un individuo que fingió buscar a un tal Moisés, mientras que a Daniela, le llevaron su celular.

El hecho sería intrascendente si no hubiese ocurrido justo frente al Destacamento policial de Manoguayabo. La jovencita explicó que antes de arrebatarle el artefacto, el hombre montado en su motor, giró frente al cuartel policial para observar el descuido de los agentes, quienes se encontraban todos dentro del recinto.

Otra acción reñida con las buenas costumbres, y las actitudes que deben exhibir los agentes del orden, ocurrió, ese mismo día, cuando el joven Dariito Portorreal se apersonó al destacamento de Villa Consuelo a poner una denuncia en relación al robo de su motor que había sido sustraído al dejarlo estacionado frente al BHD, ubicado en la esquina formada por las avenidas San Martín y Máximo Gómez, en el Distrito Nacional.

Los agentes policiales destacados allí dijeron al muchacho saber dónde encontrar el motor robado y pidieron al padre del joven que llenara de gasolina el tanque de una unidad, para realizar «el trabajo» de recuperación del motor robado.

Las víctimas no entraron en la negociación, ya que expresaron es una práctica recurrente en los destacamentos policiales.

¿Son correctas estas actitudes de los agentes policiales? ¿Tienen que comprar gasolina a policías, ciudadanos que pagan sus impuestos, para que los agentes hagan su trabajo? ¿Permitiendo la Jefatura policial estas anomalías es que tendremos una Policía Nacional eficaz, bien valorada, no cómplice con el crimen?

Para mejorar el desempeño de la P.N. y que la población dominicana vuelva a tener confianza en ese cuerpo, es necesario extirpar de arriba abajo o de abajo hacia arriba estos males ancestrales que arruinan a la Policía Nacional

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