Nuestra posibilidad de optar

<p>Nuestra posibilidad de optar</p>

FRANCISCO CRUZ PASCUAL
El ser humano es el único en el planeta que tiene la oportunidad de tomar decisiones a través del raciocinio. Solo él tiene la posibilidad de optar entre las posibilidades que se le presentan en su vida, posee la calidad de seleccionar entre ellas y elegir en libertad, consultando consigo mismo y con otros semejantes. Es así como crece y fortalece su convicciones.

El hombre y la mujer tienen que justificar sus acciones ante la sociedad y ante sus creencias espirituales. Es también una exclusividad humana. En el reino animal todos los seres tienen sus vidas armadas hacia el instinto que le provee de su accionar, en cambio el hombre tiene que tomar decisiones entre unas y otras oportunidades, cumpliendo con normas escritas y no escritas. Ajustarse a la vida es para el hombre y la mujer tarea permanente.

El hombre y la mujer tienen una vida como proyecto propio, en cada uno es exclusivo. La vida depende de ese proceso en el que proyectamos nuestra vida y la vemos a futuro. En el desarrollo de ese proyecto las cosas a veces no salen como lo hemos previsto, pero nuestra entrega, nuestro sacrificio y perseverancia acrisolan nuestra visión. Las cosas son mejores y se valoran más cuando nos dan trabajo y nos cuestan sacrificio personal.

Nuestra vida se vuelve auténtica no como resultado de escoger entre las opciones que nos brinda la vida al pasar el tiempo. La vida no es tan sencilla, es compleja y paradójica en muchas ocasiones; nuestra vida no es como fotos colocados en secuencia de años o de acciones importantes. El proceso de apropiación, el que hacemos al optar entre una toma de decisiones y otras, no es simple almacenamiento de momentos del proceso de desarrollo de nuestra vida, es recreación constante; no es creación, debido a que la vida ya está desarrollándose y nosotros lo que hacemos es hacerla nuestra, apropiamos de ella y en ella, de lo que creemos mejor para nosotros y los que nos rodean. Así construimos nuestros espacios y colocamos alrededor nuestro a quienes deseamos nos acompañen.

Es ahí donde son importantes los valores con que contamos, las virtudes, la cordura, la inteligencia y la fé en nosotros y en lo que creemos. A nivel personal, esta apropiación perenne es un proceso de reconstrucción de uno mismo, en donde recreamos nuestro propio proyecto de vida y lo observamos, valoramos y calificamos. En el nivel de lo social, este proceso de apropiación es un proceso de humanización y personalización del mundo. El hombre y la mujer se construyen y reconstruyen en seres humanos a través de la socialización, a fin de cuentas el individuo humano es el producto de la sociedad que lo educa: familia, vecindario, región y nación.

La sociedad -a través del Estado- creó a la escuela para socializar a los individuos, convertirlos en seres capaces de cumplir con las normas establecidas capaces de cumplir con las normas establecidas por la autoridad y las leyes. Esa socialización empieza en la familia, en el mismo seno del hogar, en donde comienza el mismo un proceso de adaptación social básico . Esta es la zapata de su urbanidad futura, en donde la escuela como sistema, juega un papel de ideologización.

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