Nuestro clima de negocios

Nuestro clima de negocios

Dos acontecimientos, sin ligazón entre uno y otro, dan constancia de la alta valoración que el Estado le confiere a la inversión, tanto local como extranjera, como elemento catalizador de progreso en todos los sentidos. Los argumentos con los que el Poder Ejecutivo observó la ley que pretendía hacer de Loma Miranda un parque nacional despejan cualquier duda sobre el hecho de que la preservación de las garantías jurídicas como soporte para el clima de negocios, representan un compromiso de primer orden en la política del Estado. En los preceptos invocados son mayoría las argumentaciones que tienen que ver con el respeto que asumimos nuestros compromisos de Estado, en el plano local como en el internacional.

El segundo acontecimiento conexo al clima de negocios es el foro “Invierte en RD”, organizado por el Centro de Inversión y Exportación de la República Dominicana (CEI-RD), que ha reunido en el país a cientos de empresarios dominicanos y extranjeros, atraídos sin duda alguna por esas mismas garantías que se pusieron de manifiesto con aquel evento adscrito a nuestro ordenamiento como Estado de Derecho. Son esas mismas garantías las que han permitido que la Inversión Extranjera Directa se disparara sobre un 245% entre 2004 y 2013. La confianza que despierta el país para los capitales locales y extranjeros es un aval que nos coloca en la ruta adecuada para impulsar el desarrollo nacional.

POR LA EDUCACIÓN SEXUAL TEMPRANA

El abuso sexual y los embarazos en menores de edad están inscritos entre nuestros problemas sociales más mortificantes. Y lo peor es que ciertos pruritos han impedido aplicar como es debido uno de los remedios para este mal. La educación sexual temprana ha debido ser asignatura en nuestras escuelas, pero obstáculos sin fundamento lo han impedido. Y la representación local del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) trata de vencer esa resistencia, pidiendo con indudable tino que se incluya esa asignatura en el nuevo currículo de la enseñanza.
De la gruesa inversión hecha en educación, es urgente destinar la proporción necesaria para inscribir la educación sexual entre las materias del nuevo currículo. Hay que vencer la resistencia insensata que está retardando la acción de la escuela en la prevención del abuso sexual y de la preñez entre nuestras adolescentes.

 

 

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