Cuando se analiza la previsión de crecimiento para nuestro PIB real en 2023, es necesario tener en cuenta que altos y ascendentes son los riesgos internacionales, como el sube y baja de precio del petróleo y problemas que provocan estancamiento, retroceso o poco crecimiento de la economía mundial.
Con menos intensidad han estado presentes desde que la producción dejó de repartirse a nivel mundial para fragmentarse en bloques regionales, interfiriendo con el rápido crecimiento de las cadenas globales de valor, responsables de que la fabricación de bienes se produjera en diferentes países y uno los exportara, como nuestro caso, las empresas de zonas francas importan insumos intermedios para transformarlos y exportarlos.
El conocer el tamaño del daño y entender el presente reviso la historia. Creciente ha sido, es y continua siendo la pérdida de crecimiento mundial de 3.6% en 2018 a 3,3% en 2019, se contrajo -3.1% en 2020 por cierre de actividades por la crisis covid-19, rebotó 6.0% en 2021 para recuperar lo perdido y sumar riqueza, retrocedió a 3.1% en 2022, y según “Perspectivas Económicas Mundiales” del Banco Mundial, cerrara con 2.1% en 2023.
Por supuesto, el recorte ha sido de mayor calado en economías avanzadas, Estados Unidos de 2.9% en 2018 a 1.9% de 2022, con pronóstico de 0.5% en 2023, el peor desde la década de 1970 exceptuando las recesiones.
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La zona euro de 1.8% en 2018 a 1.3 por ciento en 2019, y recesión este año. China 4.3 por ciento y América Latina y el Caribe 1.3% en 2023.
Deficientes desempeños que junto al cuadro que pinta Naciones Unidas para la población mundial, aumenta de 7.349 millones en 2015 a 9.725 millones en 2050, implica aumento de la pobreza global en los próximos años.
Comparando las cifras con el pronóstico de crecimiento de nuestro PIB en 2023, vemos que por mucho superamos el ritmo mundial, regional y países desarrollados, manteniéndonos entre los que más avanzan en la región. Es cierto, tuvimos un débil comienzo de año, por desaceleración de explotación de minas y canteras, manufactura local, zonas francas y construcción, crecimos 1.4% en enero-marzo, la buena noticia es que el cuadro comenzó a cambiar con el desplome en mayo de la inflación hasta el rango meta de 4%, antes de lo previsto, haciendo posible el viraje de la política monetaria, de restrictiva a flexible, cuando nadie lo anticipaba.
El Banco Central redujo 50 puntos básicos a su tasa de referencia, de 8.50% a 8.00% anual, y aumento la liquidez en RD$94,000 millones a los bancos múltiples y asociaciones de ahorros, para prestarlos a familias y sectores productivos a una tasa no mayor de 8% anual. Como las medidas aceleran la demanda agregada y el crecimiento del PIB real en el segundo semestre, estimo que crecemos no menos de 4.5% en 2023, cinco décimas más que el pronóstico del FMI, Banco Mundial y Cepal.
Nuestro PIB continuará creciendo más que la población, garantizando aumento del PIB per cápita en dólares y menos pobreza monetaria, sucedió de 2019 a 2022, el PIB per cápita en dólares aumento 25.1%, de $8,583.1 a $10,732.9, reduciendo 2.1 puntos porcentuales a la pobreza monetaria general, de 23.9% en 2021 a 21.8% en 2022, según el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.