La primera condición para ampliar y consolidar la clase media es preservar el crecimiento de la economía alrededor de su potencial, con baja inflación y el peso estable, por eso son destacables las siguientes informaciones.
El PIB, la suma del conjunto de la economía, marco 5.7% en enero-marzo 2019, sobre su potencial, explicado desde la óptica de la demanda por el consumo de las familias, la inversión privada y el saldo exterior neto, que resto menos de lo acostumbrado por el mayor ritmo de las exportaciones, alcanzo la tasa anualizada de 4.6%, más que las importaciones, que por alza de la factura petrolera crecieron 4.2%.
Para que el aporte neto del sector externo sea positivo es necesario acelerar las ventas externas y sustituir importaciones, olvidando prácticas proteccionistas al estilo Washington-Pekín, podrían desatar una carrera incontrolada para ganar ventajas económicas, perdiendo los consumidores y empresas que finalmente pagan los aranceles.
El gobernador del Banco Central prevé que este año la economía aumentará por encima de 5.5%, y seguirá siendo intensivo en empleo, cito que en doce meses se crearon 155,848 empleos netos, alrededor del 80% formales con acceso a seguridad social, descendiendo la tasa de informalidad total de 57.8% a 55.6%.
Se apoya, además, en lo siguiente, lo que comparto. Uno, en las fuertes perspectivas de la economía. Relativo al volumen del PIB, en la Región República Dominicana es de lo que más capital extranjero han atraído en los últimos años, en enero-marzo 2019 sumo US$803.7 millones, aumento 28.2% con relación al primer trimestre de 2018.
Dos, en la estabilidad de los precios macroeconómicos. En el país la inflación ha sido domada, promedio 2.4% de 2015 a 2018, ahora es inexistente o muy baja, lo que es buena noticia para los ahorristas, cualquier rentabilidad que se obtenga sobre ese nivel significa que el ahorro está ganando poder adquisitivo, como los depósitos a plazo, se paga 2.2 veces la mencionada inflación media.
Y tres, no obstante la fortaleza del dólar en el exterior, el ciclo de dinero relativamente barato en nuestros bancos comerciales y de la tasa de interés de referencia del Banco Central, la depreciación media del peso fue solo 3.2%% en los años 2015-2018. Aunque un poco más que la inflación, el nivel estuvo por debajo de la meta y el país ganó competitividad en el exterior, explicando el aumento de las exportaciones.
La sostenida baja inflación y la estabilidad del peso han sido cruciales en la reducción de la prima de riesgo de los inversores. El índice retorno/precio de los títulos en pesos de deuda pública doméstica se redujo 5.6%, de 106.52 el 2 de enero a 100.61 el 6 de mayo 2019, y lo mismo sucedió con el Emerging Market Bond Index (EMBI) que mide el riesgo de la deuda pública en dólares circulando en los mercados internacionales, de 374.26 puntos básicos el 2 de enero paso a 311.21 puntos básicos el 6 de mayo 2019.
Que nadie se engañe, debemos preservar la economía convencional, seguirá creando empleos en los sectores no tecnológicos. La economía de la alta tecnología, hacia donde debemos dirigirnos, es esencialmente global, puede salir del país con la misma facilidad con la que entra si es atraída por otros mercados.