Nuestro cuatro de julio

Nuestro cuatro de julio

Hace casi nueve años el mundo se estremeció con la noticia de que por primera vez en la historia de Estados Unidos de Norteamérica, un grupo terrorista había atacado con éxito objetivos dentro de su territorio. Las Torres Gemelas de Nueva York y las instalaciones del Pentágono en Virginia habían sido blancos de los ataques del 11 de septiembre de 2001.

Para los dominicanos ese ataque fue motivo de profundo pesar, no solamente por el sufrimiento de las familias afectadas, sino sobre todo porque no comprendemos la dinámica del terrorismo. Se trató de un abuso: Un inocente es un inocente, y no hay razón que pueda justificar el sufrimiento gratuito.

Esos ataques del 11 de septiembre tuvieron para nosotros otras consecuencias más funestas. La ocasión fue aprovechada  por la embajada estadounidense en Santo Domingo para extender su frontera desde el lindero Oriental en la calle Leopoldo Navarro, hasta el eje mismo de esa calle, anexándose de ese modo el territorio dominicano comprendido entre el eje de la calle Leopoldo Navarro al Este,  la Embajada Norteamericana al Oeste, la Av. Pedro Henríquez Ureña al Norte y hasta la mitad de cuadra al Sur de la calle César Nicolás Penson. Va siendo tiempo ya de que la legación  retorne a sus linderos originales.

Veamos las razones que validan nuestro reclamo.

Razones técnicas: Santo Domingo tiene muy mala comunicación vial en la dirección Norte-Sur. Cada vehículo que se ve constreñido a un solo carril al llegar a la referida zona, no pierde de vista que el principal culpable de su problema es el muro “New Jersey” colocado por los estadounidenses en territorio dominicano para molestia de los que aquí vivimos.

Razones históricas: La única frontera física en Santo Domingo con características de bandos enemigos enfrentados la tenemos en los muros “New Jersey”, colocados en el eje de la calle Leopoldo Navarro y que bordean a la Embajada de Estados Unidos. 

Razones culturales: Somos inocentes. No tuvimos nada que ver con los ataques del 11 de septiembre de 2001.

Para nosotros se trata de un abuso y no hay razón alguna que pueda justificar ese sufrimiento gratuito.

Señor Embajador de Estados Unidos: Retiren los muros “New Jersey” de la Leopoldo Navarro.

Celebremos juntos el próximo cuatro de julio.

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