Nuestro futuro hijo: fotografiar al bebé antes del nacimiento

Nuestro futuro hijo: fotografiar al bebé antes del nacimiento

POR ANNA JIMÉNEZ
Hace 15 días que Yudelkis dio a luz. Antes de nacer Danielito, su familia tenía un completo álbum fotográfico de él. Su madre ya había visto su cara y su cuerpo en las imágenes de la ecografía tridimensional y, lo más importante, sabía que era un niño sano. Cuando lo tuvo entre sus brazos pudo comprobar que el rostro era el mismo que había observado antes del nacimiento.

Puede convertirse en una moda o en una costumbre. Probablemente en los próximos meses más de una embarazada reclamará a su médico una ecografía tridimensional. En Estados Unidos ya se están abriendo estudios de ecógrafos (similares a los de fotografía) para hacer el ‘álbum’ del embarazo y poder así contar con imágenes del hijo casi desde el primer momento de vida. En Republica Dominicana este ‘boom’ todavía no ha llegado, pero la nueva generación de ecógrafos que lo permiten, sí, al menos conocemos dos clínicas en Santo Domingo, donde ofrecen las ecografías tridimensionales: Centro de Ginecología y Obstetricia y El centro de medicina avanzada de la Abel González.

«Es una sensación increíble», comenta Yudelkis al recordar lo que sintió la primera vez que vio a su hijo a través de la pantalla del monitor. La primera ecografía se la realizó a las 12 semanas de embarazo y desde ese momento ya pudo saber el sexo de su hijo. Cada vez que se hacía una ecografía, el resto de la familia esperaba ansiosamente a que llegaran a casa para poder ver todos juntos las fotos de Miguel. «Hicimos un álbum fográfico».

Ella y su esposo pudieron contemplar mes a mes cómo su hijo iba creciendo. «Me impactó mucho ver sus manos, su columna, su espalda… Aunque al final me acostumbré», comenta esta madre, que explica que a pesar de sentirse muy satisfecha con la técnica dice no haberle aumentado su instinto maternal. «Se me empezó a desarrollar cuando lo tuve entre mis brazos y vi cómo dependía de mí». Además de servir como un primer vínculo de relación entre el feto y sus padres, la ecografía es sobre todo un método diagnóstico.

Lo habitual es realizar esta prueba como mínimo tres veces durante el embarazo. En el primer trimestre se utiliza para fijar la edad gestacional exacta. A las 20 semanas, también se emplea para detectar malformaciones. A las 35 semanas de gestación para comprobar que hay un crecimiento fetal adecuado, que el líquido amniótico y la placenta están bien y que no hay ningún otro problema.

Los nuevos ecógrafos permiten también realizar reconstrucciones en 3D seleccionando los diferentes planos de corte y reconstruyendo posteriormente las imágenes planas en volúmenes. A través del ecógrafo se emiten ultrasonidos que un transductor convierte en señales eléctricas y un sistema informático especial traduce en volúmenes.

Se habla de ecografías en 4D cuando se incorpora el movimiento a la imagen. Los equipos actuales permiten unas seis imágenes por segundo, en pocos años se puede llegar a conseguir las 25 imágenes por segundo que tiene la televisión.

No siempre que se realiza una ecografía de este tipo la mujer consigue ver la cara de su hijo. Depende de si éste se deja, es decir, si tiene una postura adecuada y no está de espaldas o con un brazo por delante del rostro. También es importante la cantidad de líquido amniótico: cuanto más avanzado está el embarazo menos espacio hay por lo que el feto está más pegado a la placenta y es más difícil conseguir imágenes nítidas. No obstante, la pericia del ginecólogo y la suerte tienen mucho que ver con el resultado de la ecografía.

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