Nuestro país y el mundo

Nuestro país y el mundo

FIDELIO DESPRADEL
Pido excusas por no haber escrito mi columna las últimas dos semanas. Ninguna justificación, mas que dejarme abrumar por el exceso de trabajo. ¿Cómo anda el mundo? ¿Y nuestro pateado país? Un distinguido columnista ha acuñado la frase de que los dominicanos y dominicanas hemos perdido la capacidad de asombro. Son tan grandes las iniquidades, y se suceden con tanta frecuencia, que, aparentemente, la gente se ha venido acostumbrando. Apenas estamos aireando un escándalo, cuando otro mayor, convierte en obsoleto el anterior. Lo de Banninter es para «alzarse».

El poder central, y los conciliábulos en las alturas, hicieron aun más hiriente la impunidad. ¿Y la justicia? ¡Sumisa a los poderes fácticos! Las cúpulas del capital financiero saben ya muy bien que pueden continuar con el manejo arbitrario de los ahorros de la Nación.

Saben que después de una o dos instancias judiciales, y algunos años para mellar la memoria, los responsables del robo bancario mas grande del mundo, terminaran riéndose de la Nación y la justicia, disfrutando de sus fortunas. ¿Y el escándalo de la Sun Land? ¿Cuántos son? Silencio en la presidencia y de todos los responsables.

¿Cuántas injusticias y desmanes puede acumular un país antes de provocar una explosión de rabia y dignidad? Yo pienso que las dominicanas y dominicanos serios, con dignidad, que sueñan con otro país, constituyen la gran mayoría. Que la escoria es tan solo una ínfima minoría y que la rabia se acumula en el cuerpo social de la Nación. Lo grave del caso es que si no construimos una alternativa; cauces políticos por donde esta rabia acumulada se canalice; si no avanzamos en construir, en un proceso participativo, la República Dominicana por la que sueñan la mayoría de los habitantes, las grandes explosiones sociales que tenemos en el horizonte pueden terminar en una tragedia mayor que la que padece la Nación, si es que ello es posible.

Los caminos de la otra América apuntan en otras direcciones. Lo progresivo y lo revolucionario construye nuevos horizontes de esperanza. Y no se trata de las élites políticas y sus dirigentes, que los hay muy lucidos y revolucionarios, sino los pueblos de muchos de eses países. La Constituyente se ha convertido en Venezuela, Ecuador y Bolivia en el punto de encuentro de las mayorías en cada una de esas naciones. La bandera de la constituyente, que en algunos de nuestros países es manejada por las élites para lavarle la cara al modelo, garantizando que todo siga igual, la han asumido los pueblos de Venezuela, Ecuador y Bolivia como una expresión del país por el que sueñan, y una concretización de las distintas reformas por las que vienen luchando cada uno de los segmentos que componen esos pueblos. Algo similar pasó en la RepÚblica Dominicana, pero en menor alcance, con la Constitución de 1963 en aquellos meses anteriores a la Gran Guerra de Abril de 1965 y todos sabemos la tempestad que generó.

¿Y en el resto del mundo? La declinación del dólar como moneda de cambio mundial, el atolladero en Irak Afganistán y todos los demás factores que acosan la primera potencia mundial, son tan solo algunos de los factores que expresan el inicio de la declinación de los Estados Unidos, con el agravante de que no hay una potencia capitalista que llene el inmenso vacío que ya empieza a manifestarse, como lo hicieron ellos con la declinación de Inglaterra al término de la II Guerra Mundial.

El señor Bush ya esta anunciando que «la ambición de Irán podría desatar la Tercera Guerra Mundial». Casi las mismas palabras utilizó el vicepresidente Cheney. Otros analistas plantean que Israel, con el apoyo norteamericano, tiene listo el ataque a Irán. El cierre del estrecho de Hormuz (por donde pasa el 40% del petróleo del mundo) y el precio del petróleo por encima de los 200 dólares son tan solo una de las consecuencias de la atrocidad que preparan Israel y los Estados Unidos. Once mil cohetes ha dicho Irán que disparara contra las fuerzas enemigas en la región. ¿No fueron Bush y Cheney las cabezas visibles de los acontecimientos posteriores al 11 de septiembre, de tan graves consecuencias para la humanidad? ¿No actúan estos señores al servicio de los verdaderos dueños del mundo, hoy preocupados por la declinación del imperio norteamericano?

Con este recuento de algunos de los titulares mas importantes de la situación de nuestro país, América y el mundo, lo que he querido es llamar la atención sobre el hecho de que la humanidad esta ante una de las encrucijadas mas trascendentes de su larga historia. Aquellos y aquellas que hemos hurgado en la historia, sabemos que el espacio donde habitamos los seres humanos esta cambiando. Que grandes estremecimientos, muy superiores a los actuales, están ya en el horizonte. Y que se hace necesario que nos preparemos para ser protagonistas de esa nueva etapa de la historia de la humanidad, y no simples espectadores.

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