Nuestro sistema de partidos agoniza

Nuestro sistema de partidos agoniza

Acontecimientos recientes evidencian que agoniza el sistema de partidos sustentador de nuestra democracia. Dos de sus tres partes fundamentales parecen expirar -PRD se desgrana y PRSC desvanece expectativas- con lo cual agoniza el sistema aun cuando persista otra parte no exenta al desatamiento de demontres.

Ya se consumó división del PRDismo al formarse el PRM. Esta extirpación no evitó confrontaciones en sus recientes primarias administradas con carencias de autoridad moral e institucional pretendidamente compensable con autoritarismo.

El PRM no disipa dudas que estos episodios no se reproducirán tras candidaturas y puestos direccionales, haciendo previsible el calco de la revoltosidad PRDista.

El PRSC desvaneció las expectativas que había forjado su nueva dirección, inexplicablemente en el mes propicio para consolidarlas por conmemorase en julio su primer ascenso al poder, fallecimiento de Balaguer y aniversario de fundación; conmemorables por mandato estatutario (Art. 54). La correctísima posición de desvincularse del PLD declarada al celebrar su primer ascenso no tuvo credibilidad necesaria por imprevisiones de forma y fondo. Balaguer solo fue recordado en reducidas misas con precaria promoción.

El aniversario tomó a sus autoridades fuera del país, quienes pretendieron subsanar su omisión convirtiendo en conmemoración actos celebrados con otros propósitos. Cumplida la octava parte de su período, sus ejecutivos no han sabido sostener expectativas haciendo difícil revertir el camino hacia la extinción que encontraron.

Sobrevive el PLD, pero por saber guardar apariencias. Cada nuevo evento asoma competiciones que otrora se encaraban más disciplinadamente. Apenas recuperado de las competiciones por el control de sus organismos, el debate se traslada a bufetes directivos del Congreso.

Los tiempos de liderato único lucen distantes y ya hablan del compartido entre los presidentes del partido y del gobierno, augurando competiciones por la candidatura presidencial entre quienes se aferran a la enorme popularidad del Presidente Medina y quienes pretenden vencer el rechazo del Presidente del PLD; quien incorpóreamente recluido en su bunker constituido por FUNGLODE, se promueve en circuito cerrado como para evitar el enrostre de déficits y perversidades provocadas durante su gestión. La creencia que Fernández ya no es triunfador como antes sino perdedor consuetudinario tomó cuerpo en las recientes primarias PRDistas en las que su par en colores de corbatas catalizó la repulsa pública. La multiplicación de aspiraciones presidenciales con discursos críticos– “distanciamiento de bases…fracaso de políticas gubernamentales…esfuerzo que otros atajan… emplazamientos sobre la reelección”, etc; – indica que el PLD no está exento de agonizar dentro de un sistema de partidos agonizado por la agonía de sus semejantes.

Las instancias responsables de nuestra nación tiene pues la gran tarea pendiente de evitar un vacío partidista susceptible de aventuras políticas.

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