Al parecer, cuando perciben nuestros legisladores las coimas denominadas descriptivamente como “el cofrecito” y “el barrilito”, las cuales son extremadamente generosas para el tipo de labor que desempeñan estos “abnegados defensores”  –según ellos de los que no tienen voz- y según nosotros, de su propio peculio, hay que concordar con ellos de que tienen “mentes lúcidas y brillantes”, para que se les ocurra semejante babosada como es; léanlo bien: LA ELIMINACIÓN DEL CENTAVO del sistema monetario nacional.

La Comisión Permanente de Hacienda que preside el senador por la provincia de San Cristóbal, el señor Tommy Galán, solicitó a la Junta Monetaria la eliminación de la moneda correspondiente a un (1) centavo del sistema monetario nacional al aprobarse una Resolución presentada por el senador del PLD, Manuel de Jesús Güichardo Vargas, gracioso y perspicaz representante de la provincia de  Valverde, en donde al parecer el tórrido sol liniero le ha obnubilado los sentidos en la presentación de anteproyectos de ley beneficiosos para la comunidad que representa.

 Uno de los argumentos de peso invocado –al parecer se dio cuenta muy tardíamente- que los comerciantes, negociantes al por mayor y al detalle, se valían de la práctica del “redondeo” hacia arriba, para despojar a los usuarios de la diferencia en centavos por no estar en circulación los mismos y se quedaban con el diferencial o podían hacer como los minoristas y colmaderos, que le daban el cambio en las denominadas mentas de guardias.

Ahora bien ¿Por qué solamente el centavo?  Acaso no se han dado cuenta que hace mucho tiempo que no circula una moneda de cinco (5) centavos, tampoco las de diez (10) y que son muy esporádicas las de veinticinco (25) o hasta de cincuenta (50), por lo tanto, la unidad a quedarse como referencia sería la moneda de un (1) peso, que se ha devaluado tanto, que ya ni las mentas valen ese precio.

Otro importante factor que olvidó el genial legislador de la provincia de los bellos atardeceres, es la tasa de cambio, tanto del dólar como de las monedas convertibles y en donde el “redondeo” será siempre en perjuicio del usuario.  Ya el Banco Central ha manifestado su oposición a la eliminación del “chele” pues traería sería dificultades en el pago de cheques, tarjetas de crédito y otros documentos de curso legal, lo cual podría implicar costos de ajustes en el sistema operativo que significarían entre un 5 y un 10% del PIB del país, calculado en base a dólares estadounidenses.

Y ya que estamos de ocurrencias geniales de nuestros legisladores, el que botó la pelota  por los 411, fue Julián Serulle que ha sido el espléndido proponente de gravar con un impuesto de RD$20.00 en las facturas telefónicas para poner en marcha el sistema de emergencia 911.  La propuesta de este “barsano” fue tan pero tan rechazada por la ciudadanía, que cuando se conocía en el hemiciclo puso pies en polvorosa para no escuchar el repudio de sus colegas. Hasta el representante de INDOTEL ha manifestado su oposición al mismo.   En otros países, este servicio lo presta las compañías telefónicas de manera gratuita, como una forma de compensar a sus usuarios por ser parte de sus redes.

Ahora la “papa caliente” fue enviada a la Comisión de Interior y Policía que dirige el diputado Elpidio Báez, el mismo “genio” que cuando era la cabeza de la Defensa Civil, cuando el Huracán Georges en 1998, mandó a cerrar los refugios; primero, porque creía que ese fenómeno atmosférico no pasaría por nuestra isla y en segundo lugar, de impactar nuestro territorio, el Gobierno no tendría que cargar con los refugiados y así evitaría el tener que proporcionar albergue posteriormente a los mismos.  Como podrán notar nuestros lectores, tenemos un Congreso de avanzada. Sin embargo, hacemos votos para que estos esforzados servidores públicos asalariados, no tengan que darse una vuelta por la Sabana de Guabatico porque allí podrían ser confundirlos con algunos de los especímenes que allí pululan.

En las próximas elecciones, los votantes tendrán que pensar bien antes de sufragar por personas que no los representan y que en vez de introducir ante-proyectos de ley en su favor, lo que hacen es someter los que de una forma u otra los perjudiquen.  Lástima que no pueda modificarse la Constitución de la República para establecer la destitución ipso facto, de aquellos legisladores que propugnen leyes que  atenten contra los que confiaron y votaron por ellos.