Nuestros méritos y afrentas

Nuestros méritos y afrentas

Un mérito que nos reconocen agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es que contamos con infraestructura escolar y de asistencia en salud envidiables. Eso habla muy bien de la calidad estructural de nuestras escuelas y hospitales.

Sin embargo, esas mismas agencias nos echan en cara la mala calidad de los servicios hospitalarios y educativos, condición que atribuyen, coincidiendo con numerosas voces, a la baja inversión económica que hace el Estado en ambos renglones vitales para el desarrollo del país. Es relevante el contraste entre la alta calidad de la infraestructura escolar y hospitalaria y la cuestionable calidad de los servicios que se administran desde esos establecimientos.

La falta de correspondencia entre la majestuosidad de  las estructuras y la pobre calidad de los servicios educativos y sanitarios podría explicarse a partir de la tendencia de nuestros políticos, de hacer grandes inversiones en lo visible y cosmético, en lo deslumbrante, y descuidar, en cambio,  los aspectos cualitativos de los servicios. Nuestros egresados de la educación pública llegan con grandes lagunas a las universidades y por el otro lado, nuestros servicios sanitarios dejan mucho que desear en aspectos como índices de mortalidad materna e infantil. Este contraste entre méritos y afrentas solo es posible cuando se invierten las prioridades de un país.

Protestas con saldos luctuosos

Las protestas en San Francisco de Macorís han generado saldo de al menos dos muertos y varios heridos a balazos. Se habla de manifestantes que habrían disparado contra policías y éstos respondieron la agresión. Sea como haya sido, hay violencia injustificable de parte y parte, y no se explica que una protesta de esta naturaleza deba tener un ingrediente que en nada aporta a la causa.

Algo muy cierto es que hay civiles que aprovechan estas manifestaciones para agredir a las autoridades. Pero también es cierto que las autoridades tienen medios no letales para controlar este tipo de situación. Todo depende de la voluntad de apelar a uno u otro recurso en una situación determinada. Lo correcto sería que una investigación permita establecer quiénes y con cuáles armas provocaron las muertes y heridas. Aquí se suele dejar en el aire las circunstancias y culpables de muertes de este tipo y que deberían ser indagadas hasta las últimas consecuencias.

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