Naciones Unidas (EFE).- La investigación sobre la presunta corrupción en la ONU se cobró hoy una nueva víctima con la dimisión de Alexandre Yakovlev, un alto funcionario del departamento de compras bajo sospecha de tráfico de influencias.
El caso de Yakovlev saltó a la luz pública hace sólo dos días, cuando la cadena de televisión FOX informó de que éste pudo haber utilizado sus influencias para que una de las empresas suministradoras de la ONU contratara a su hijo.
Su caso guarda un cierto paralelismo con la situación que atraviesa el secretario general, Kofi Annan, cuyo hijo Kojo trabajó para Cotecna, una empresa subcontratada por la ONU en el marco del programa humanitario para Irak «Petróleo por alimentos».
La ONU reaccionó con rapidez al caso Yakovlev y ordenó una investigación a la Oficina de Supervisión Interna (OIOS), para determinar si el alto funcionario había incurrido en alguna incompatibilidad o conflicto de intereses.
La portavoz adjunta de la Secretaría General de la ONU, Marie Okabe, informó de que Yakovlev decidió presentar ayer su dimisión, y que hoy fue aceptada, por lo que ha abandonado su puesto en la organización.
El funcionario ha mostrado su intención de colaborar con la investigación, que proseguirá en el seno del OIOS, dijo la portavoz.
Paralelamente, el panel independiente que bajo la dirección de Paul Volcker investiga la presunta corrupción en el programa humanitario de la ONU en Irak, ha ordenado que se selle de inmediato el despacho de Yakovlev para poder realizar un análisis a conciencia de los documentos y contratos en los que ha intervenido.
Precisamente, Yakovlev aparece citado como un «importante testigo» en las pesquisas que ha desarrollado el equipo de Volcker sobre la presunta corrupción en el programa humanitario para Irak.
La cadena FOX News defiende que fue el testimonio de Yakovlev, al que se consideraba como un testigo íntegro y fidedigno, el que provocó la denuncia por parte de la comisión Volcker de otro alto funcionario, Joseph Stephanides, que fue finalmente despedido.
Otra de las bajas causadas por la investigación es la del director de «Petróleo por alimentos», Benon Sevan, que permanece suspendido de empleo mientras dura la investigación independiente.
Además, el ex enviado especial de la ONU a Corea del Norte, el canadiense Maurice Strong, también renunció a su cargo tras iniciarse una investigación sobre su relación con los imputados en el escándalo del programa humanitario.
Strong mantuvo relaciones empresariales con el surcoreano Tongsun Park, que está acusado por la fiscalía de Nueva York de obtener millones de dólares del régimen de Sadam Husein a cambio de favores.
Strong, quien ha negado cualquier vinculación con el programa «Petróleo por alimentos», reconoció que Park había invertido en una empresa energética de la que él y su hijo eran socios.
Además, el canadiense contrató a su hijastra como asesora de la ONU, en clara violación a la normativa de la organización.
El ruso Yakovlev es un alto funcionario del departamento de compras de la ONU, que mueve cada año millones de dólares en contratos de suministro de todo tipo.
Según el portavoz de la organización, la investigación se ha centrado en la contratación de uno de sus hijos, Dmitry Yakovlev, de 23 años, por parte de una de las empresas que proporciona servicios a la ONU, IHC Services.
Esta situación aparentemente viola las reglas y procedimientos del personal de la ONU, que impide utilizar su posición o el desempeño de su trabajo para obtener un beneficio para ellos o para sus familiares o amigos.