Nueva Miss RD, atrapada entre la Virgen de la Altagracia y Amelia Vega

Nueva Miss RD, atrapada entre la Virgen de la Altagracia y Amelia Vega

Doce años después de que la República Dominicana tuviera el honor de coronar a Amelia Vega como su primera, y hasta ahora, única Miss Universo, la higüeyana Kimberly Castillo aspira a ganar la codiciada corona.

La notoriedad que ha adquirido la bella concursante, tras su controversial traje típico estampado con la imagen de la Virgen de la Altagracia, patrona del pueblo dominicano, ha desatado una lluvia de críticas  y el furor de algunos devotos.

Ellos ven como una falta de respeto, «utilizar una imagen tan sagrada para un evento tan mundano», como es un concurso de belleza.

También se alega, que ese no es el mensaje  apropiado para enviarle al mundo de quiénes son los dominicanos,  sin negar que esta virgen es parte importante de un segmento de la cultura criolla.

«Existen otros rasgos culturales más sólidos que el mundo debe de conocer de la isla caribeña,  si esa era la idea de los asesores de la candidata. La República Dominicana es un país que lo tiene todo», han señalado varias personas.

¿Otra Amelia Vega? Ahora bien, ¿Tiene Kimberly Castillo los encantos, atributos y cualidades  que le dieron a Amelia Vega el título de Miss Universo?  Especialistas del «mundo de la belleza» dicen que la diferencia entre ambas es abismal, y por ende, no hay espacio para la comparación.

Amelia Vega es una mujer llena de seguridad en sí misma,  personalidad única, carisma, belleza natural, inteligencia y sobre todo actitud.

Muchos señalan que las demás candidatas dominicanas han tratado de imitar a Amelia Vega. Para comprobar esto se puede observar la pasarela del Miss Universo.

No obstante,  hay que reconocer las cualidades de reina que posee la encantadora Castillo.

¿Intervención divina? Habrá que ver si el 25 de enero la Virgen de La Altagracia hará una intervención divina y una dominicana vuelve a tener el privilegio que,  hasta ahora, solo Amelia Vega ha podido ostentar: ser la primera y única dominicana en ser coronada como la más bella del Universo.