Nueva modalidad de lucha: global-individual

Nueva modalidad de lucha: global-individual

Analistas  y especialistas  en temas de huelgas, revueltas y protestas populares, están obligados a rediseñar sus marcos conceptuales para interpretar las nuevas maneras de convocar y promover  masivas manifestaciones en contra  del capitalismo “darwinista”. 

Es frecuente que dichas actividades se organicen en contra de sectores no bien definidos, a los cuales se les hacen demandas no concretas mediante acciones cuyos objetivos tácticos no son claros, sin que se trate de obtener resultados precisos mediante actos de sabotaje, boicot o censura.

Se alega que su debilidad estriba en que se trata de formas individualistas, anónimas  y amorfas, aunque sean masivas y se concentren en áreas espacialmente definidas, como plazas, calles o parques.

Son, no obstante, esas mismas características las que permiten que mayor cantidad de personas se sumen a las actividades y manifestaciones de protesta. No debe minimizarse su falta de eficacia directa de corto plazo. Porque, precisamente, lo que se logra es más que nada un estado de opinión, de toma de conciencia y desarrollo de actitudes, que necesariamente habrán de repercutir sobre otros ámbitos y tipos de conductas.

Por otra parte, una protesta dirigida contra individuos o empresas específicas, aunque puede ser injusta y carente de “sentido de clase”, puesto que no va dirigida contra los ricos dueños del stablisment, puede, por el contrario, tener más componentes de temor para individuos miembros de esos sectores, que una invectiva o demanda contra “los ricos”, quienes son en gran medida una categoría dispersa y abstracta. Una protesta ante una oficina bancaria o una empresa, o ante la residencia  privada o campestre de un magnate, realizada por  tan sólo diez personas con sendos cartelones, puede intimidarlo probablemente más que una manifestación o mitin público contra un estado de situación nacional o económico general.

Si algo puede ser nuevo e  impactante de estas nuevas formas cibernetizadas de protestas públicas, se trataría de que ya las luchas de los pueblos no serían más las de enfrentar a los policías, políticos y esbirros de los sectores dominantes, sino que a los dueños mismos del establecimiento, de manera directa, incluso personal. Y probablemente con  mayor razón y eficacia, puesto que los daños que una industria química le esté infligiendo a un lago en Escocia, no serían tan eficazmente denunciados y combatidos si se tratase solamente de los habitantes del lugar solos, enfrentando a los policías escoceses en una protesta violenta, como si, por el contrario, se realizase un rechazo masivo y global a los productos de esa firma, con acoso verbal, con panfletos y mensajes en las redes cibernéticas y los demás espacios de comunicación e interacción social, denunciándolos y dejando de consumir sus productos. Y dándole, particularmente, un tratamiento similar a los políticos inmorales, cómplices del capitalismo irresponsable.

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