Nueva Orleans

Nueva Orleans

SERGIO SARITA VALDEZ
Fue en la ciudad de París allá por el 1717 cuando el duque de Orleáns concibió la idea de fundar un puerto internacional en el territorio norteamericano de la colonia francesa de la Luisiana. No había transcurrido tres años cuando dos terribles huracanes azotaron aquel embarcadero, retardando las labores de construcción de la ciudad. Los pantanos y los mosquitos acordaron agregar su cuota para hacer todavía más difícil la titánica obra en la desembocadura del río Mississippi. Para ese tiempo el censo arrojaba una población de 470 personas distribuidas de la manera siguiente: 277 blancos, 172 negros y 21 indios esclavos.

El tabaco y el añil eran sus principales productos de exportación. Mediante el tratado de París firmado entre Inglaterra, Francia y España, firmado el 10 de febrero de 1763, los franceses cedieron aquella gran propiedad a España, gobernada en ese entonces por Carlos III.

En el 1801 Napoleón Bonaparte adquirió secretamente de nuevo a la Luisiana. Para esa misma fecha Toussaint Louverture ocupaba desde Haiti la parte oriental de la isla de Santo Domingo y proclamaba abolida la esclavitud. Al respecto comenta el profesor Juan Bosch en su libro De Cristóbal Colon a Fidel Castro: «Lo que Toussaint había hecho en Santo Domingo venía a destruir todo lo que Napoleón había proyectado sobre la base de mantener la esclavitud en unos lugares y ofrecer, por lo menos, su restitución en otros. En el orden político, la paz con los ingleses, y en el orden económico, la gran colonia de la Luisiana. Toussaint había golpeado duramente a Bonaparte. ¿Cómo podría él desautorizarse a sí mismo diciéndoles a Inglaterra y a los capitalistas franceses llamados a hacer inversiones en la Luisiana que Toussaint Louverture, ese negro de ‘Saint-Domingue’, había actuado sin su autorización y sin consultarle, siquiera lo que pensaba hacer?».

Mientras tanto, Thomas Jefferson, presidente de los Estados Unidos, al enterarse de la concesión territorial realizada por España a favor de Napoleón decidió ayudar a Toussaint autorizando la venta de armas y municiones a los rebeldes haitianos. Para 1803 el emperador francés vendía su colonia al gobierno norteamericano. A partir de 1815 aquellos terrenos vinieron a convertirse en una zona importante de producción algodonera. En 1848 se estableció la ruta marítima entre Nueva Orleans y Panamá.

Como puede notarse en la ciudad abatida hoy por los efectos catastróficos del ciclón Katrina, confluye una amplia gama cultural proveniente del África, Inglaterra, España, Francia e indios nativos de Norteamérica. La tierra del Jazz de Louis Amstrong y del festival Mardi Gras llena la pantalla chica del mundo, los titulares de los periódicos, así como miles de páginas Web de Internet. Todos los pueblos y gobiernos han manifestado su solidaridad ante la tragedia que arropa a esa histórica región que incluyen Alabama, Mississippi y Luisiana.

Sabemos que las naciones saben crecerse cuando la naturaleza les somete a las duras pruebas de sus vientos, inundaciones y otras formas de desastres. Elevemos una gran plegaria para que los cientos de miles de familias afectadas puedan pronto volver a recuperar su ritmo normal de vida. Esperamos que las perdidas humanas no sean tantas como se calcula. Confiamos en la sabiduría y el temple de los líderes locales y sus organizaciones para salir airosos del terrible huracán. Hoy por ellos, talvez mañana por nosotros.

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