WASHINGTON. AFP. El gobierno estadounidense tantea una nueva política migratoria que pone el acento en la deportación de criminales, pero la directiva está generando resistencias dentro de la propia agencia de inmigración y aduanas (ICE) que debe aplicarla.
En lo que va de año, el ICE deportó a unos 170,000 extranjeros con antecedentes criminales, un aumento respecto a los 136,000 del año pasado. En el año fiscal 2009 (de octubre 2008 a septiembre 2009) la agencia, con 19,000 agentes, deportó a casi 393,000 personas, según datos recientemente divulgados. El número de deportaciones no ha cesado de aumentar desde la creación de la agencia en 2003, y el ritmo tampoco ha decrecido con la llegada al poder de Barack Obama, criticado por ello por organizaciones de defensa de los migrantes. Sin embargo, el ICE y su director, John Morton, se encuentran en el ojo del huracán a causa de un memorándum interno del 20 de agosto, divulgado públicamente el pasado jueves, tras su filtración a la prensa. Si no hay investigaciones o factores seriamente adversos contra el inmigrante ilegal detenido, los abogados del ICE actuarán rápidamente para desechar los procedimientos de expulsión ante las unidades encargadas de llevarla a cabo.