Nueva prueba de colesterol mide
el riesgo cardíaco de los niños

Nueva prueba de colesterol mide<BR>el riesgo cardíaco de los niños

Sorprende poco, entonces, que un grupo de investigadores haya comenzado a observar seriamente las consecuencias a largo plazo para la salud de la inactividad de los chicos. Y están usando los niveles de colesterol para atisbar el futuro de estos jóvenes.

La obesidad, la inactividad y el colesterol, están estrechamente relacionados. Los datos de la reciente U.S. National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES), señalan que el 17 por ciento de los adolescentes tiene exceso de peso. Apenas uno de cada cuatro estudiantes de secundaria realiza suficiente actividad física durante el día y el 12 por ciento hace muy poco o ningún ejercicio, según los U.S. Centers for Disease Control and Prevention.

Así, medir el colesterol de los chicos de manera bastante detallada podría tener sentido. “Existe una evidencia creciente que señala que los niveles de colesterol de la infancia y la adolescencia tuvieron que ver con el desarrollo de placa en las arterias, una indicación clara de riesgo de enfermedad cardiovascular”, explicó Ian Janssen, líder del estudio y profesor asistente de la Facultad de kinesiología y Estudios Sanitarios de la Universidad Queens, de Ontario, Canadá. “Tenemos evidencia contundente que señala que los niños y los jóvenes que tienen hipercolesterolemia, continuarán teniéndola en la adultez”, agregó. “Así, es importante comenzar el tratamiento y los esfuerzos de prevención desde el principio”.

Con datos del NHANES sobre más de 6,000 niños entre los 12 y los 20, Janssen y sus colegas desarrollaron puntos de referencia específicos a la edad y al sexo para el colesterol total, el colesterol LDL (el “malo”), el HDL (el “bueno”) y los niveles de triglicéridos. Las nuevas tablas, publicadas el año pasado en Circulation, tienen en cuenta fluctuaciones en el colesterol y la grasa que tienen lugar mientras el chico madura.

Los nuevos datos de referencia existen para mejorar las guías actuales, publicadas por el U.S. National Cholesterol Education Program, que no tienen en cuenta las fluctuaciones relacionadas con la edad.

Aún así, Janssen reconoce que las guías no se han adaptado rutinariamente a los ambientes de atención clínica de los EE.UU. “Este tipo de cambios en la práctica clínica por lo general tarda años en manifestarse”, dijo. El doctor Marc S. Jacobson, director del Centro de Prevención de la Ateroesclerósis, del Hospital Infantil Schneider, de New Hyde Park, Nueva York, aseguró que no está claro cómo serán recibidas las nuevas tablas en los EE.UU.

“Le complica la vida a personas como yo que tratan adolescentes con problemas de lípidos porque, en lugar de tener una sola cifra, hacen falta cuatro gráficas y clasificarlos por edad”, dijo.

“En lugar de tener un punto de corte”, continuó, “tenemos una gráfica que hay que trazar con percentiles. Con cada perfil de lípidos, hay que decidir qué percentil es según la edad del paciente. Y cuando sube o baja, ¿fué por el tratamiento? ¿Fué por el avance de la pubertad? . El reto, entonces, es interpretar la información, explicó. “El argumento es que casi hay que tener esto en cuenta porque se podría decir que si el LDL cambia, podría tratarse del tratamiento o de un cambio de la pubertad”.

Datos

Actualmente, el gobierno federal recomienda evaluar el colesterol de los niños y adolescentes, para los que al menos uno de los padres tenga hipercolesterolemia o antecedentes familiares de enfermedad cardíaca precoz.

“Se debe evaluar a los adolescentes de alto riesgo típicos, quizá cada año o cada dos”, opinó Janssen. “Un adolescente de alto riesgo sería uno para quien uno de sus padres o abuelos haya tenido enfermedad cardiovascular precoz o hipercolesterolemia, o un adolescente que tenga otros factores de riesgo, como obesidad e hipertensión”.

Otros factores de riesgo, como la presión arterial, la diabetes y el tabaquismo, también suscitarían pruebas de colesterol en el consultorio médico, “lo que cubriría a buena parte de los chicos de hoy”, anotó Jacobson.

Este asunto está destinado a atraer mayor atención cuando un panel del U.S. National Heart, Lung, and Blood Institute (NHLBI), actualice sus guías sobre evaluación del colesterol en niños y adolescentes. Se espera que la guía sea publicada en abril de 2008, aseguró el doctor Rae-Ellen Kavey, funcionario médico principal del programa de reducción del riesgo cardiovascular pediátrico de la oficina de prevención, educación y control del NHLBI.

“Manténgase alerta”, recomendó Kavey”, porque realmente habrá nueva información”.

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