Nueva York inicia tercer día de huelga
con la primera reunión de las partes

Nueva York inicia tercer día de huelga<BR> con la primera reunión de las partes

NUEVA YORK, Dic 22 (AFP) – Representantes de los trabajadores y la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) estaban reunidas este jueves por primera vez desde que empezó hace tres días la huelga de transportes de Nueva York y justo cuando pende una amenaza de cárcel sobre los líderes sindicales.

   El comité ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de Transportes (TWU) de Nueva York y el jefe negociador de la MTA, Gary Dellaverson, se encontraban en el hotel Grand Hyatt del centro de Manhattan tratando presumiblemente de hallar una solución que ponga fin al paro, que afecta cada día a siete millones de usuarios potenciales.

   Las negociaciones tenían lugar antes de que los líderes sindicales, con el presidente de la TWU, Roger Toussaint, a la cabeza, comparezcan ante un juez que el martes evocó la posibilidad de encarcelarlos por no haber acatado su orden de poner fin a un paro prohibido por las leyes de Nueva York (los funcionarios no pueden hacer huelga).

   Al mismo tiempo, se repetían las escenas que en los últimos días han configurado el paisaje neoyorquino.

   Cientos de miles de personas se lanzaron a la calle en patines, bicicleta o calzado deportivo, fuertemente abrigados, para afrontar un trayecto de horas hasta su trabajo.

   La temperatura (-1º centigrado en Brooklyn) era mejor que en días anteriores y, al contrario de lo que se pensaba, la desesperación aún no se había apoderado de los ciudadanos entrevistados.

   «Hay bastante tráfico», explicó Sean Moriarty, de 36 años, que debía cruzar el puente de Brooklyn hasta Manhattan para ir desde ahí a Nueva Jersey en una de las líneas de tren que no pertenecen a la MTA y que por lo tanto no han parado.

   «Es el primer día que patino al trabajo y el tercero que tendré que volver patinando», agregó. «Espero que (la huelga) acabe pronto por la gente, pero a mi no me importa hacer ejercicio».

   John, a secas, de 24 años, empezaba una marcha de casi una hora a paso enérgico y escuchando música: «es mi segundo día, ayer caminé también. No me importa, me pongo el iPod y camino unos 50 minutos. El frío no me importa porque soy de Minnesota», el estado del norte caracterizado por sus inviernos gélidos.

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