Hace ya un tiempo alertamos al país, y muy especialmente a las autoridades tales como los ministerios de Medio Ambiente, Turismo, Agricultura en la dirección de Caza y Pesca; ASONAHORES y otras instituciones, a través de este mismo espacio, del peligro que representa la presencia del pez León en nuestras costas.

Dentro de los peligros señalados, recordaremos el peligro al humano que representan sus aletas, por lo tóxicas que son ya que producen un dolor intenso e insoportable en el sitio de la punción, con gran hinchazón del área afectada. Los casos graves pueden presentar adormecimiento y hasta muerte del tejido afectado y raramente se ha reportado parálisis del miembro herido.

A pesar de que no existe antídoto específico, las medidas a llevar a cabo es mantener la extremidad afectada elevada, limpiar cuidadosamente la herida y remover cualquier objeto extraño que esté presente.

Además, sumergir el área herida en agua caliente soportable por lo menos media hora y si se encuentra en la mar, en embarcación de motor fuera de borda, almacene el agua que sale del enfriamiento del motor y meta la extremidad afectada en el agua tibia.

El otro peligro que representa el pez León es al medio ambiente, por lo depredador que es este animal, que con un apetito feroz se alimenta de peces pequeños que viven en los corales y causa también la muerte coralina, la destrucción secundaria de la barrera y, por consiguiente, el deterioro de las playas.

Puede narrarles, que el fin de semana pasado, buceando en la bahía de Andrés, a unos 80 pies de profundidad, contamos más de veinte peces León que habitaban en los corales donde buceábamos. Al no tener rifles submarinos no pudimos capturar ninguno, pero observamos que son muy fáciles de atrapar tal vez porque aún los buzos no han iniciado su pesca.

A pesar de la advertencia primaria que hicimos, ninguna autoridad responsable de velar por el mantenimiento de la ecología ha hecho declaración alguna sobre planes para combatir esta plaga. Solamente una Fundación sin fines de lucro que opera en La Caleta, en Santo Domingo, se ha hecho eco e hizo un festival de comer el pez León para demostrar que a pesar de su peligrosidad, su carne es rica en proteínas y de muy buen sabor, parecida al rape europeo, considerado éste último en España,  la langosta de los pobres.

Consideramos que así como en una época hace ya muchos años, se pagaba por la lengua del pájaro Carpintero, en esta ocasión hay que pagar un incentivo a los pescadores y buzos profesionales por la cabeza del León y sus filetes, se queden ellos para consumo particular o venta.

Asimismo, hay que organizar concursos periódicos en todas las costas del país y entregar premios que incentiven su captura.

Por otro lado, el gobierno podría planificar la captura masiva del mismo con la finalidad de poder proveer la carne de este pez, rica en proteínas de alta calidad a los grupos identificados de alto riesgo nutricional con el doble objetivo de ofrecer un alimento excelente en calidad y a la vez contribuir con la eliminación de esta plaga.

Finalmente, hay que elaborar afiches como lo han venido haciendo las autoridades de Puerto Rico, que además de presentar al pez para su reconocimiento en figuras muy educativas, señalan las espinas que son venenosas y las no venenosas, y establecer educación de cómo filetear la carne de este pez, que además de peligroso podría ser parte de la solución en el componente alimenticio, sobretodo de proteínas.