El martes arrancó la divulgación de lo que se ha llamado Reforma y Actualización de la Legislación de Medios de Comunicación. Una iniciativa del Presidente de la República, del Poder Ejecutivo o de la Fundación Global. Se trata de un hecho trascendente porque toca una de las cuestiones más importantes y sensible de la democracia occidental, como es el derecho a informar y a ser informado.
La presentación de un conjunto de propuestas legales que tienen la vocación de integrar lo que el Presidente Fernández llama Código de la Comunicación, se hizo ante un público reducido. De seguro que estas propuestas serán dadas a conocer de modo más amplio antes de su envío al Congreso Nacional, como parece ser la intención.
La modificación del marco legal en que operan los medios de comunicación social del país es una tarea que merecerá, en su momento, de la más amplia divulgación y discusión posibles. Porque, como quiera que sea vea y desde cualquier postura doctrinaria, el acceso a la información y la divulgación de ésta es la columna fundamental de la democracia occidental.
Este diario aspira a que las propuestas legales que integrarían el Código sean entregadas para su estudio y análisis, antes de su envío al Congreso Nacional, al Colegio Dominicano de Periodistas, a la Sociedad Dominicana de Diarios, al Sindicato de Trabajadores de la Prensa, a la Asociación de Periodistas y Escritores, a las escuelas de comunicación social del país y a las entidades que congregan a los profesionales del Derecho.
Razón de Estado
Las autoridades de los Estados Unidos están ahora mismo ante una situación que representa lo que los juristas llaman una colisión de derechos. El reverendo Terry Jones, un religioso fanatizado, amenaza con ejercer su derecho a repudiar el Islam mediante la quema pública del Corán. Una provocación que recuerda tiempos y situaciones dolorosas ya superadas por la humanidad.
Si el pastor bautista incinera el Corán, ofendería a los musulmanes, quienes han amenazado con represalias. Además, el jefe de las tropas norteamericanas en Afganistán ha advertido que la quema de este libro sagrado pondría en peligro la vida de sus militares.
Estados Unidos podría recurrir, sin embargo, a la doctrina de la razón de Estado, por razones atendibles, para evitar la quema del Corán en su territorio.