Nuevo año, nuevos bríos

Nuevo año, nuevos bríos

VIRGILIO ÁLVAREZ BONILLA
Comienza un nuevo año y con él resurgen esperanzas y optimismos. Los dominicanos entramos en este año electoral, convencidos de que los nuevos bríos del año que iniciamos puedan convertirse en realidades provechosas para la mayoría de este pueblo merecedor de la mejor de las suertes.

Ver el futuro con optimismo, es válido, aunque los profetas de la sombra en su constante afán de confundir y detractar auguren como siempre calamidades.

Se camina sin embargo por senderos seguros, con la orientación de un conductor que sabe bien cómo guiar a su pueblo hacía metas de bienestar o progreso, la palabra de ese gran conductor está empeñada, el presidente Fernández, auguró un año pródigo en beneficios para los dominicanos y así será.

Con el nuevo año, se da inicio también oficialmente a la campaña electoral, que por los avances que hemos tenido promete ser agresiva e insultante, carente así mismo de creatividad y pródiga en imitaciones ridículas. La oposición comienza el año con dos actos burdos y sin sentido, los asesores de campaña del PRD le inventaron a su candidato una salutación con motivo de nuevo año que no pudo estar más fuera de lugar, por no decir otra cosa, ya que este tipo de acto protocolar está reservado para el Jefe del Estado. En el PRSC las cosas tampoco salieron tan bien en este comienzo de año. Al versátil candidato de ese partido se le ocurrió recoger algunos compatriotas no muy conformes con la línea de campaña de su candidato y se presentaron al cementerio Cristo Redentor, ante el mausoleo del extinto líder, para hacer una especie de rendición de cuentas terminando el asunto de mala forma cuando un fuerte ventarrón tumbó la bandera del partido y desparramó las hojas del discurso que para la ocasión había preparado el candidato. La ocurrencia del cementerio necesariamente ha traído algunos comentarios, que en su mayoría son poco favorables para el candidato colorao, cuya imagen hasta ahora ha sido más positiva que negativa. Lo cierto es que estos actos poco usuales no representan nada positivo para los candidatos, más bien son contraproducentes. Los partidos políticos se gastan grandes sumas en la contratación de sus «asesores de campaña», y la poca imaginación de éstos lo que hace es poner en ridículo a los mismos. Dentro de esta temática, coincido con un buen amigo en el sentido de que los temas de campaña actualmente están gastados, se recurre a la diatriba y al insulto como armas principales, porque lamentablemente no se tiene discurso. Los tiempos han cambiado y la población votante espera más de los que pretenden dirigir el país. Hay que terminar el cansado discurso de querer demostrar que todo lo que realiza el gobierno está mal por el sólo hecho de hacerlo el gobierno de turno.

Los votantes quieren oír propuestas serias de cómo se solucionarían los graves problemas nacionales. Lamentablemente no es así, las únicas propuestas concretas vienen del candidato oficial. Esto por supuesto se entiende, el propio presidente Fernández lo ha expuesto con toda claridad cuando sugiere que hay que evitar que el país vuelva a caer en manos inexpertas y sin la debida preparación y experiencia.

Los dominicanos nos preparamos para asistir a este nuevo torneo electoral, confiados en que el porvenir será promisorio, con optimismo participativo trazaremos el camino a seguir que no será otro que la continuación del progreso sostenido que viene experimentando la República desde el surgimiento del actual gobierno.

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