Siempre es bueno detenerse, hacer una reflexión y proponerte nuevos desafíos. Para hacerlo bien, lee estos consejos:

Observa tu vida. No tengas miedo a mirar hacia atrás, reflexionar sobre los cambios que has hecho en tu vida, pensar en cuáles fueron tus pensamientos, tus razones, tus errores… ¿por qué elegiste lo que elegiste?

Mira hacia el futuro. Tómate algo de tiempo para escribir en qué te quieres convertir, qué quieres vivir, qué van a decir de ti cuando tengas 80 años…

Pregunta a tus amigos lo que ellos ven. Las respuestas te darán una idea más precisa de lo que eres para afuera. Es que, a veces, ellos perciben mejor qué clase de persona eres.

Déjate inspirar. Profundiza en los demás para saber lo que ellos entienden por misión y pregúntate si su versión se acerca a la tuya o si se puede complementar. Charla, lee, déjate influenciar por personas a las que admires…

“Elige” tus valores. A veces estamos confusos con respecto a nuestros principios. Sencillamente, pon tus valores favoritos en un listado y dale una nota del 1 al 10. Aprenderás a descubrir tus prioridades.

Cuestiónate. Si ya hiciste lo anterior sería muy bueno que te preguntases: “¿Qué precio estoy dispuesto a pagar para realizar mi misión y la ejecución de mis objetivos?”

Imán para atacar tumores

Científicos británicos de las universidades de Sheffield y Nottingham han desarrollado un tratamiento que utiliza imanes microscópicos para guiar la quimioterapia hasta los tumores. Al atacar las células cancerosas con total precisión se evita que las células sanas sufran los efectos tóxicos de los fármacos y aumente su eficacia contra tumores malignos. Los científicos insertaron los imanes en un tipo de células denominadas monocitos, que se usan para transportar los medicamentos, y las inyectaron en la sangre. Colocaron un imán sobre el tumor, el cual atrajo a los monocitos. La técnica también podrá emplearse para tratar enfermedades como la isquemia o la artritis.

El lavado de dientes de tus hijos

Dos cepillados diarios al día; uno por la mañana y otro por la noche, con un intervalo entre ambos de doce horas. No es recomendable dar a los niños cepillos eléctricos desde temprana edad; es más aconsejable los manuales para que aprendan a realizar los movimientos adecuados del cepillado y no adquieran malos hábitos. La lengua debe cepillarse al final.