Nuevo escándalo afecta a Boeing y le cuesta puesto a presidente

Nuevo escándalo afecta a Boeing y le cuesta puesto a presidente

NUEVA YORK (EFE).- Quince meses después de llegar a Boeing para dejar atrás una serie de escándalos, Harry Stonecipher dejó ayer su cargo de presidente ejecutivo la compañía aeronáutica, forzado por su relación extra matrimonial con una directiva de la firma.

   La decisión sorprendió a los analistas de Wall Street, que no habían tenido sino elogios para la gestión del ejecutivo, a quien se le atribuye el éxito que ha tenido la compañía en recuperar su posición de mercado y hacer subir el valor de sus acciones.

   El presidente de la junta de Boeing, Lew Platt, dijo que una investigación interna determinó que la relación con la ejecutiva en sí misma no viola el código de conducta que rige a los empleados de Boeing.

   Sin embargo, Platt señaló que los miembros de la junta directiva consideran que «los hechos son un reflejo del mal juicio de Harry y que esto afectaría su capacidad de dirigir a la compañía».

   Agregó que conocer los detalles de la relación hubiese implicado una mancha en la imagen de la compañía, lo cual sí constituye una falta a los códigos de conducta de la empresa.

   La investigación sobre el amorío comenzó luego de que Platt y varios representantes legales de Boeing recibiesen información anónima hace unos diez días.

   La relación con la ejecutiva, cuya identidad no fue revelada, fue de mutuo acuerdo, y no tuvo repercusiones en la administración de la compañía y tampoco afectó el estatus de la mujer en la empresa.

   Según un comunicado de prensa de Boeing, Stonecipher, presionado por la junta directiva, presentó su renuncia el domingo y designó al principal ejecutivo financiero de Boeing, James Bell, de 56 años, como presidente interino.

   Platt destacó que ni la situación financiera ni el estado de operaciones de Boeing, ambos con demostrada solidez, tuvieron nada que ver con la renuncia de Stonecipher.

   Sin embargo, los ejecutivos de Boeing consideraron que el presidente de la empresa tiene el deber de «sentar las normas de una conducta impecable, tanto en lo personal como en lo profesional».

   Para los analistas el celo con que se hicieron cumplir las normativas de la empresa tienen que ver con la turbulenta historia reciente de Boeing, marcada por los escándalos bajo la presidencia de Phil Condit.

   Condit renunció a fines del 2003, sólo semanas después de que se conociera del despido de Mike Sears, director financiero de la corporación.

   Sears había contratado de forma improcedente a Darleen Druyun, con quien supuestamente negoció su incorporación a Boeing mientras ésta trabajaba en el Departamento de Defensa de EEUU, donde se estudiaba un multimillonario contrato para aviones de carga de combustible.

   El mes pasado Sears fue condenado a cuatro meses de cárcel por el caso, mientras Druyun cumple actualmente una pena de nueve meses de prisión.

   Otro escándalo fue el descubrimiento en manos de Boeing de documentos de una compañía que competía con ella en los contratos para sistemas de satélites para el Ejército estadounidense, lo que le valió la prohibición de participar en licitaciones de estos negocios, suspensión levantada la semana pasada.

   Al mismo tiempo, durante la presidencia de Condit la empresa perdió su posición de liderazgo en el mercado de las aeronaves comerciales, algo que también estaba comenzado a revertir Stonecipher gracias al éxito de las órdenes para el nuevo modelo 7E7.

   En la media sesión de hoy las acciones de Boeing bajaban 0,51 dólares o un 0,87 por ciento a 57,87 dólares.

   Entre los nombres que los analistas de Wall Street barajan como posibles sucesores de Stonecipher figuran el de Alan Mulally, director de la división de aeronaves comerciales, y el de Jim Albaugh, director de la división de defensa.

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