Nuevo frente es problema político

Nuevo frente es problema político

WASHINGTON (EFE).- La apertura de un frente chií contra la ocupación en Irak, que se añade a la resistencia suni, aumenta los problemas del presidente de EEUU, George W. Bush, quien insiste en que devolverá el control del país a los iraquíes el 30 de junio.

Bush se aferra a esa fecha para la transferencia de la soberanía, pero a menos de tres meses de ese momento aún no se sabe cuál será el Gobierno que tomará control del país.

Para el presidente es importante mostrar -como lo intenta hacer desde hace un año- que disminuye la intervención estadounidense en Irak y que hay avances en el país.

Pero incluso sus aliados tienen dudas. El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el republicano Richard Lugar, ha indicado que podría ser prematura la transferencia de poder, dada la inseguridad en el país.

Por su parte, el futuro candidato demócrata a la presidencia, John Kerry, reiteró hoy que «la fecha del 30 de junio es ficticia y nunca debería haber sido designada como una fecha límite arbitraria, que está prácticamente claro que fue influida por el calendario electoral en Estados Unidos».

Los estadounidenses elegirán a su nuevo presidente el próximo 2 de noviembre y la violencia en Irak no está ayudando a Bush de cara a esos comicios.

En la última encuesta del Centro Pew de Investigaciones, el respaldo público a su política en Irak se situó en un 40 por ciento, lo que representa una caída de 19 puntos con respecto a mediados de enero.

El sondeo fue realizado entre el jueves y el domingo, pero desde entonces la situación ha empeorado en Irak.

La rebelión de un grupo chií liderado por Moqtaba Al Sadr, iniciada hace cuatro días, y los ataques de la resistencia suni han provocado los combates más cruentos desde el derrocamiento del régimen de Sadam Husein.

Al menos 16 militares estadounidenses han muerto en los últimos dos días en Faluya, Ramadi y Bagdad, lo que eleva a al menos 328 sus bajas en combate desde el 1 de mayo, cuando Bush declaró el fin de los enfrentamientos «principales».

Al mismo tiempo, decenas de iraquíes han perecido, incluidos unos 40 hoy en una mezquita de Faluya, que fue alcanzada por proyectiles norteamericanos, según testigos presenciales.

Bush convocó hoy a su Consejo de Seguridad Nacional y conversó con sus principales asesores mediante videoconferencia desde su rancho en Crawford (Texas), donde pasa la Semana Santa.

La Casa Blanca no divulgó detalles sobre esta conversación, pero entre los participantes en esa conferencia previsiblemente estuvieron el administrador de Estados Unidos en Irak, Paul Bremer, y el jefe del Mando Central del Ejército estadounidense, John Abizaid, quien tiene jurisdicción sobre ese país mesopotámico.

Además, Bush está en contacto con el primer ministro británico, Tony Blair, quien visitará Washington el próximo 16 de abril.

Desde el Senado, el legislador republicano John McCain le echó un cabo a la administración.

«Si salimos corriendo (de Irak), los resultados serían desastrosos», pues el país podría desintegrarse en varios estados o convertirse en un «campo de entrenamiento» de terroristas, dijo McCain durante una sesión de esta Cámara.

Pero este senador, que no ha dudado a criticar al gobierno en el pasado, reiteró que se necesitan más tropas en el país, una petición que lleva haciendo desde agosto.

«Tristemente, creo que quizá algunas de esas unidades que están a punto de ser relevadas podrían tener que quedarse», señaló en una entrevista en la cadena televisiva NBC. «Tenemos que retomar el control de la situación».

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