Nuevo Gobierno tendrá que enfrentar hambruna

Nuevo Gobierno tendrá que enfrentar hambruna

El economista Frederic Emam Zadé consideró que uno de los problemas fundamentales que tendrá que enfrentar el nuevo gobierno, Aes la hambruna que afecta a ciertos segmentos de la población, como consecuencia del desplome de los ingresos y el brusco aumento del desempleo y la pobreza que se ha registrado en el país, en los últimos cuatro años@.

Otro gran problema que tendrá que enfrentar el gobierno que se instalará el próximo 16 de agosto, según Emam-Zadé, es un nuevo colapso del sistema eléctrico y una situación monetaria insostenible, caracterizada por un nuevo brote de devaluación e inflación y por unas tasas de interés que están descapitalizando de nuevo a la banca.

En un documento de prensa, el economista Emam-Zadé, quien es director de desarrollo económico de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, señala que Ael nuevo gobierno deberá reconocer estas y otras amenazas, priorizarlas y movilizar recursos hacia sus soluciones permanentes@.

Añade que también deberá enfrentar con cierta prioridad varios problemas externos, específicamente, negociar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la mayor brevedad.

«Como el actual gobierno ya no tiene incentivos para continuar cumpliendo con el FMI, es de esperarse que no lo hará», advierte el economista.

Expresa que, en consecuencia y simultáneamente, el nuevo gobierno heredará severos atrasos en el servicio de la deuda externa y en el pago de los bonos soberanos, mientras que en el ámbito interno descubrirá una deuda interna gigantesca. «Sin embargo, es de esperar que el déficit cuasi fiscal del Banco Central se habrá reducido significativamente, ya que durante el período de transición, el actual gobierno seguramente sucumbirá al incentivo económico de redimirle al máximo posible a sus «amigos» sus certificados financieros y al incentivo político de dejarle una bomba de tiempo inflacionaria al nuevo gobierno que le explote en sus primeros meses y acabe con su luna de miel con el electorado», señala.

Resalta también que el nuevo camino escogido por el electorado dominicano para volver al progreso, no será un fácil.

Agrega que la ruta crítica comenzará con un proceso de transición durante el cual, los funcionarios del actual gobierno drenarán de recursos las arcas del tesoro nacional y les dejarán a las autoridades entrantes, un colapso eminente de los sistemas monetario y eléctrico, entre otros problemas.

Sostiene que mientras mayor sea el desorden de la transición, mayor será la austeridad que tendrá que sufrir el país luego. Indica que la pregunta clave es A)Quién cargará con la mayor cuota de sacrificios, el gobierno y sus dependientes o el resto de la población?@

En ese sentido, añade que la respuesta dependerá en gran parte de la nueva oposición del Partido Revolucionario Dominicano y del cumplimiento de su amenaza reiterada durante la campaña, de no aprobarle recursos frescos al nuevo gobierno.

Resalta que en la medida en que la oposición imposibilite que el nuevo gobierno aumente sus ingresos para enfrentar la insolvencia que heredará, en ese mismo tenor tendrá el nuevo gobierno que sacrificarse, recortando sus gastos corrientes y sobre todo, su hipertrofiada burocracia y su enorme red de dependientes parasitarios.

Al cumplir su amenaza, la nueva oposición terminará por perjudicar su propia clientela política y por beneficiar políticamente al nuevo gobierno, sostiene.

Para la mayor parte de la población que no depende del gobierno, la solución menos dolorosa será esta última, indica.

Expresa que por el lado positivo, la población también disfrutará de un cambio de modelo económico.

Señala que el gobierno, gradualmente, aplicará políticas para definir un nuevo modelo dentro del marco filosófico y económico de la llamada «economía social de mercado».

Dice que éste es un modelo que ha resultado muy exitoso en muchas naciones durante las últimas seis décadas y que se define esencialmente como una economía de mercado, con una gran dosis de sensibilidad social.

En consecuencia, cree que se restaurará la confianza perdida poco a poco, se contendrá y luego se revertirá la fuga de capitales, frenando la inflación y devaluación monetaria primero, para estabilizar la volatilidad macroeconómica y promover, luego, un crecimiento económico sostenible de amplia base social.

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