Nuevo lenguaje: ¿Cuál es tu pindilú?

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POR DIÓGENES CÉSPEDES
Donde se la comió la generación de hoy fue con la expresión “¿Cuál es tu ‘pindilú’?, cuyo sentido es: ‘¿Cuál es tu problema?’ Pero, ¿de dónde viene la palabra pindilú?

Tengo mi explicación, la cual daré al final, luego de exponer la de las personas consultadas en una mini encuesta.

En primer lugar, la generación actual de jóvenes que usa la expresión “¿Cuál es tu pindilú”?, no sabe el significado de la palabra “pindilú”. En segundo lugar, consulté a varios miembros de dicha generación y me dijeron no saber el significado ni de la palabra ni de la expresión. La consulta la hice con jóvenes que usan, entre sí, el sociolecto que vengo estudiando y, con los padres, lo usan a medias o en casos especiales.

Sin embargo, quienes dieron en el clavo con el significado de “pindilú, aunque no así con el origen de dicha palabra, fueron las siguientes personas encuestadas: El profesor Rafael González Tirado, la activista cultural Natacha Sánchez y la señora Nelly de Durán, quien  me aseguró que su esposo, el ingeniero Jimmy Durán, actual Embajador dominicano en Venezuela también conoce este significado de la palabra y de la expresión.

Todos concordaron en que la palabra “pindilú” era usada a finales del decenio del 40 (González Tirado), a finales del decenio del 60 (Sánchez y Nelly de Durán) con el sentido de hacer pirueta, acrobacia, maroma o artificio. González Tirado apunta que cuando un joven apuesto, bien vestido y con una cadenita se paraba en una esquina y se enredaba la cadenita en el índice derecho, blandiéndola al aire, estaba en plan de conquista y los amigos podían preguntarle: ¿Cuál es tu pindilú?, ¿A quién le está haciendo pindilú?

También dijeron los informantes que a veces el joven llegaba brincando y saltando, por echar vainas, y se le hacía la misma pregunta: ¿Cuál es tu pindilú? Pues bien, aquí va mi respuesta, provisional por cierto, pues falta documentarla a través de una investigación de periódicos y revistas de la época y seguir con los testigos que usaron la expresión en su época o la oyeron de boca de terceros y preguntarles si saben el significado de la palabra y del modismo.

“Pindilú” es una contracción de la expresión inglesa “looping the loop” (cuya pronunciación fonética [lu:ping di lu:p] ha sido abreviada, eliminándole la penúltima sílaba [lu:] a “looping” por un principio de economía o redundancia, hasta dejarla en [ping di lu], de donde pasó a escribirse o pronunciarse en el español dominicano “pindilú”. ¿Y qué significa “looping the loop” en inglés? Nada más y nada menos que hacer pirueta, cabriola, acrobacia, maroma o artificio. ¿Y cómo vino a insertarse ese término en el español dominicano?

La documentación de la expresión está en la prensa de la época y tuvo su origen en el tipo de pirueta, acrobacia o cabriola que hacía en el aire el reconocido aviador francés Jules Vedrines y que en nuestra cultura Zacarías Espinal dio en llamarle “pirueta verbal”, volatinera o vertiginosa a un tipo de poema. Del nombre del aviador derivó el nombre de vedrinismo aplicado por Zacarías Espinal a esa suerte de forma poética. En la introducción al libro donde  Andrés Blanco y yo recogimos las obras casi completas de estos dos poetas (Santo Domingo: Consejo Presidencial de Cultura, 2000, p. 47), digo lo siguiente: “En los términos ‘volatinero’ y ‘vertiginoso’ creo encontrar el eco de la identificación del vedrinismo con el aviador Vedrin tal como aparece en Manuel Rueda, quien jamás citó de dónde extrajo el nudo de esta afirmación: ‘Junto con la publicación de ‘Góndolas’, en 1912, y a raíz de la muerte de Jules Vedrin (sic), aviador francés que había adquirido fama en su vuelo París-Madrid por haber creado las peligrosas piruetas aéreas del ‘looping the loop’, nace en Vigil Díaz la idea, como un homenaje de admiración a ese humorista del espacio, de bautizar su propio concepto del arte con el hombre de vedrinismo.” (“Antología panorámica de la poesía dominicana contemporánea” (1912-1962). Santiago: Ucamaima, 1962, p. 418-19).

A esta afirmación de Rueda, le puse una nota en la introducción a dicho libro, la cual dice así: “Cuando alguien me muestre de qué texto escrito u oral Rueda sacó esa información, entonces creeré que Vigil Díaz fue el creador del vedrinismo en el sentido en que Rueda lo define en la cita de más arriba. Por de pronto, hay más pruebas escritas de que fue Espinal. Y ni siquiera sabemos a ciencia cierta a qué contenido nocional remiten los términos vhedrinhista, vedrinista, vendrinista  y vedrinista. De seguro que no tienen nada que ver con los Vedas, de la India.” (ob. cit., p. 47).

Toda la información acerca del aviador Vedrines se publicó en la prensa dominicana. Incluso tuve en mis manos (y quizá esté extraviada entre mis papeles) la crónica acerca de la muerte del conocido aviador galo publicada por la revista “La Cuna de América” del 30 de mayo de 1914, p. 640. (Véase la p. 37 de mi introducción, donde se muestra que el nombre del aviador es cambiado en la crónica por el de Émile. En el informe de prensa se cuentan las prodigiosas y peligrosas hazañas del aviador durante sus viajes de larga distancia por Asia Menor, Egipto y Arabia.)

Hasta aquí creo haber mostrado la larga peregrinación del vocablo pindilú a través de las generaciones de jóvenes que vivieron y viven entre 1912 y 2006 y cómo dicho término sobrevivió hasta hoy sin que fuera documentado por los estudiosos de nuestro léxico, tales como Pedro Henríquez Ureña, Rafael Brito, Rodríguez Demorizi, Patín Maceo, Consuelo Olivier Vda. Germán, Miguel A. Piantini Morales, Margarita Vallejo de Paredes, José Antonio Cruz Brache, Carlos Esteban Deive, Rafael González Tirado y otros lexicólogos y costumbristas criollos.

La novedad introducida por los jóvenes  usuarios del idioma actual está en haber cambiado el sentido que pindilú tenía en el discurso anterior, es decir, el de vaina, maroma, pirueta, acrobacia, cabriola, artificio, etc., por el de problema. Y es posible que las generaciones por venir transformen el significado de ‘problema’ por otro u otros difíciles de pronosticar ahora, pero que de seguro estarán sujetos a la ley de formación de neologismos en español.

El modismo “en coro” está documentado. No hay novedad si significa cantar o hacer algo en grupo, en conjunto, pero de ahí a que signifique ‘de relajo’, es otro cantar.

Con “frecosa”, usado como sinónimo de ‘cerveza fría’, no presenta problema porque el sentido de ‘fresco-a’, incluso con la s eliminada o aspirada, la figura traslaticia es patente. Pero pasar de ese significado al de ‘mujer con pocas relaciones’, amerita una investigación filológica. Incluso como el lenguaje y el signo son radicalmente arbitrarios y radicalmente históricos, no hay que buscar nexo lógico entre una palabra y su significado ni entre una expresión y su sentido en el discurso.

En cuanto a “Encendío”, participio pasado con la oclusiva eliminada, con sinónimo de ‘fiesta, muy animado o alguien está [muy] alegre’, la expresión es vieja. Las generaciones anteriores usaban la expresión “Esa fiesta o Fulano está encendida-o”.  Incluso el modismo “Eso no ta” usado con el sentido  de ‘no estoy de acuerdo, eso no es correcto’, es una contracción de “Eso no está bien”. Igual le ocurre a “Emperrao” con el sentido de ‘enamorado’. Es más viejo que el rascarse.

Sin embargo, la expresión “Ese pecao” por ‘mujer u hombre fea-o’ sigue el curso normal del idioma con la eliminación de la s y la d del participio pasado “pescado”. En efecto, el pez es el animal vivo; el pescado, ya está muerto. El paso de la aglutinación de los atributos de la muerte, huesuda y calavera con los ojos ausentes, es, para el sentido común, el horror mismo en Occidente.  El vocablo “manso” por ‘bien, tranquilo’ no ofrece ninguna novedad semántica, como tampoco el italianismo “Écolecuá” con el significado de ‘exactamente, así mismo’ y que Deive en su “Diccionario de dominicanismos” documenta como proveniente del italiano “eccolo qui”. (p.80) Como tampoco hay novedad en el anglicismo copiado servilmente, “freak out”, por ‘asustado, loco’. Pero los usuarios han pasado a pronunciar “friquiao” en vez de friquiado”. Igual ocurre con “En tu mente”, expresión copiada servilmente del inglés “In your mind” o a veces de “In to your imagination”. O con “Fulanita” como sinónimo de ‘alguna mujer’. No hay que decir que se deriva este diminutivo del sustantivo Zutana.

Tampoco hay creatividad en las siguientes expresiones de la actual juventud, en razón de que ya estaban documentada en el español dominicano: Jevo-a por ‘persona atractiva, que viste bien’. Se deriva de “heavy” en el argot inglés; “Él o ella está frío-a conmigo” por ‘Se está portando bien’, analizado más arriba y que es copia servil del inglés “to be cool’. Es una operación lingüística donde el sentido del vocablo en el discurso es su antónimo. Con “No me aguajes” ocurre la misma falta a la creatividad, pues su sentido en el discurso es ‘No presumas ante mí’. Todo presumido es un aguajero, un allantoso. Es evidente que el modismo “Lo vegetable”, pronunciado en inglés, tampoco es novedad, por la razón explicada en un artículo anterior con respecto a “vegetal”. La expresión “No me sofoques” por ‘déjame tranquilo, no me agobies” tiene su significado documentado en los diccionarios de sinónimos. “Sofocar” es ‘ahogar, agobiar’. Es evidente que a quien alguien ahoga, no le deja tranquilo, sino que le agobia, le ahoga.

En cuanto toca a la expresión “Eso ta moca”, cuyo significado es ‘eso está raro o dudoso’, se deriva de la frase familiar “Estar mosca”, con el sentido de ‘algo que se hace con recelo o prevención para evitar algo’. La novedad está en el significado de ‘raro o dudoso’, como no figuran en los diccionarios. “´Él es un gustanini” por ‘joven que vuelve locas a las mujeres’. Pronto el adjetivo podría aplicarse a cualquier mujer joven, o incluso de edad madura o avanzada que volviera locos a los jóvenes. Pero por ahora, digo que “gustanini” ha sido derivado de un vocablo muy usado en los años 60 y 70: paganini, déciase de la persona que le gustaba pagar las cuentas ajenas o a quien, puestas de acuerdo, mujeres u hombres, consumían para que otro que tuviera dinero, pagara. La creatividad es escasa, pues. No así en la expresión “Ella tiene todo el dinero má 20 pesos”, que significa ‘es rica’. O sea, que quien tiene lo mucho, también posee lo poco. También el modismo “Me hicieron un bulto” por ‘me hicieron una algarabía’, no tiene ya el sentido gastado que vimos en “hacer bulto”, sino que aquí hay una novedad semántica donde “bulto” funciona como sinónimo de ‘algarabía, bulla’.

Lo mismo ocurre con “no me hagas cocote” por ‘no me des esperanzas, no hagas planes’. La expresión más cercana a esta es “No hagas cerebro conmigo”, usada por la generación de finales del 60 y de los años 70 completos.  Es cierto que cocote se aplica al pescuezo de los animales, mientras que cuello está reservado para lo mismo en los humanos, aunque nada impide una traslación de significado metafórico entre una y otra parte del cuerpo. Y la metáfora viaja del cocote o cuello, lugar que funciona como sinónimo de la cabeza, lugar del cerebro, del lenguaje, el pensamiento y el discurso.

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