NUEVA YORK. Hay, en Dominicana, abundancia de partidos políticos. )Y gente que dice que sabe de política, que se proclama sabedora de cómo puede resolverse todo a ese nivel? Bueno, podría decirse, en ese sentido, que en el país hay tantos «políticos» como plátanos en el norte o el sur de la nación. El pasado 16 de mayo enseñó que los principales partidos deben reorganizarse, a fondo; casi reconstruirse, y los otros, partiditos, ojalá que desaparezcan, y dejen de hacer el ridículo.
Las elecciones presidenciales últimas, sentaron un hito. Constituyeron el inicio de una nueva era política, y es necesario que la mayoría de la población asimile, en toda su magnitud, tan grande experiencia. En esas elecciones, los votantes rechazaron el aventurerismo, el engaño de palabra y obra; el irrespeto a la dignidad humana, y a la Presidencia de la República. Y demostraron que, aunque duerman, a veces los pueblos suelen despertar, tomar consciencia y exigir respeto.
Mucha gente votó a favor del doctor Leonel Fernández. Lo hizo una gran mayoría, que no milita (y muchos de ellos no simpatizan) en el Partido de la Liberación Nacional (PLD) porque ese ha sido un partido clasista que, aunque decidió «abrirse al pueblo» en una convención, tras perder las penúltimas elecciones presidenciales, tiene en sus raíces «un no sé qué» que lo aleja de las mayorías.
Por Leonel votaron militantes y simpatizantes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y del Reformista Social Cristiano (PRSC) que vieron en él una opción mejor que la que presentaba el Proyecto Político Hipólito (PPH), entidad que estuvo a punto de crear un caos nacional al pretender entorpecer las elecciones, caso que se superó felizmente, gracias a la sagacidad y rapidez con que actuaron diplomáticos extranjeros, y sobre todo, el rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), monseñor Agripino Núñez Collado.
Tanto el PRD como el PRSC deben pero muy pronto reorganizarse y reencontrarse ellos mismos, para sacar de sus adentros toda la mugre que han dejado los resentimientos, las malquerencias y los trabajos entre las sombras, que lucharon por intereses de personas y grupos que en nada estaban interesados por la mejoría nacional.
En el PRD hubo una lucha abierta entre sus dirigentes; quien encabezaba el poder político de la nación creyó tener, entre los precandidatos presidenciales, la mayor cosecha de simpatías, porque así había sucedido en las primarias perredeístas de hace cuatro años, pero la conducta exhibida por ese gobierno encabezado por Hipólito Mejía mermó tanto en simpatías, que al final todos querían que fracasara en su empeño reeleccionista. Y así fue.
En el PRSC se sabía que su candidato presidencial no llegaría lejos; Eduardo Estrella «no pegó» en las simpatías populares, y algunos de los dirigentes del partido, que antaño maquinaron contra Jacinto Peynado, tuvieron que tomarse el amargo trago de una aparatosa derrota. Para colmo, el presidente de dicho partido Rafael Bello Andino, dijo luego que él no es político, que se iba a salir de la presidencia, y afirmó que llegó allí, porque así lo quiso su jefe, Joaquín Balaguer, a quien asistió por 46 años.
[b]Meditación[/b]
Para la meditación de hoy: Sé tú mismo. Aunque te parezcas a otros y otros se parezcan a ti, nadie es igual a ti. Tú tienes un mundo interior inconmensurable. En ese mundo, eres el jefe; puedes hacer y deshacer. Ahí, las herramientas de trabajo son los pensamientos. Triunfar en ese plano de consciencia si usas los pensamientos adecuados: optimismo, fe en ti mismo, amor a ti y a los demás…