Nuevo recurso contra la incontinencia urinaria

Nuevo recurso contra la incontinencia urinaria

Ocho de cada diez pacientes de incontinencia urinaria (salida involuntaria de orina) son mujeres, al punto de que los médicos consideran que es un problema predominantemente femenino. Mientras en los hombres es, principalmente, resultante de cirugía de próstata, en mujeres es secuela de los partos.

Y es que al pasar la cabeza del bebé por un espacio tan reducido, algo se tiene que dañar, aun se trate de un parto normal. Y resultan afectados los músculos, los ligamentos, el soporte de la uretra y los nervios que tienen la función de percibir el deseo de orinar y el llenado de la vejiga.

Surgen así diferentes tipos de incontinencia urinaria, pero la más frecuente es por esfuerzo. El paciente puede sufrir salida de orina si ríe, estornuda o tose, si camina o hace ejercicio y hasta si se endereza luego de sentarse o acostarse. Una de las causas mas comunes es el debilitamiento en el piso pélvico, donde están los músculos que soportan los órganos del tracto urinario inferior, incluyendo la uretra (conducto por el que sale la orina de la vejiga). Un piso pélvico fuerte mantiene la uretra estrechamente sellada hasta el momento de orinar, en tanto que el debilitado no puede mantener el conducto en su posición correcta. Por lo tanto, cualquier movimiento que haga presión sobre la vejiga (por ejemplo un estornudo) puede hacer que la uretra se abra y deje escapar orina.

Otra causa de la incontinencia urinaria por esfuerzo es la deficiencia del esfínter. Los músculos del esfínter mantienen la uretra cerrada hasta el momento de orinar. En las mujeres con incontinencia por esfuerzo, estos músculos del esfínter no funcionan como deberían, lo que provoca el flujo de la orina durante movimientos que hacen presión sobre la vejiga.

Músculos, ligamentos, uretra y nervios cambian negativamente con el parto, pero degeneran aún más con el proceso de envejecimiento, la menopausia, cirugías previas y quimioterapias.

Para enfrentar el problema, a través de la historia de la cirugía han surgido, con resultados poco halagueños, más de 60 procedimientos, explica el doctor Jaime Sepúlveda, uroginecólogo del South Miami Hospital, uno de los centros más importantes del Sur de La Florida.

Nuevo giro

Pero las cosas, observa, están tomando otro giro y se obtienen mejores resultados con un nuevo procedimiento denominado “técnica de la cinta de tensión libre”, que se hace con una cirugía mínimanente invasiva que dura, a lo sumo, media hora. Consiste en abrir un pequeño orificio de un centímetro debajo de la uretra, más otros dos en la parte superior del pubis, para introducir, tirar hacia arriba y dejar fijada con pegamento de piel una cinta hecha del mismo material que se hace el hilo de coser heridas.

La cinta, llamada también soporte o malla, es insertada a través de la vagina y por debajo de la uretra. Su función es levantar la uretra y servirle de soporte durante los movimientos bruscos, haciendo que permanezca cerrada e impidiendo la salida involuntaria de orina.

Sepúlveda informó que en el ámbito mundial se está logrando un porcentaje de éxito de 85%, pero que “en nuestras manos (el equipo de uro ginecología del South Miami Hospital), el éxito que se está consiguiendo es por encima del 95 por ciento a dos años de haber hecho el procedimiento. No sabemos todavía cual va a ser el resultado a los cinco años”.

Informó que el grupo del South Miami Hospital ha hecho más de 200 de estos procedimientos, utilizando anestesia local y con la paciente yéndose a su casa el mismo día. Aclaró que cuando la paciente tiene otro tipo de defecto en la pelvis –como por ejemplo caída del recto, de la vagina o de la vejiga se hace la reconstrucción primero y luego se coloca la cinta de tensión libre. En estos casos, todo el procedimiento dura entre una hora y una hora y media. Si solamente es colocar la cinta o malla de tensión libre, se tarda entre 20 minutos y media hora. Pero si se requiere cirugía y reconstrucción, se queda uno o dos días en el hospital. Si sólo es la cinta, se va a su casa el mismo día.

Las mujeres sometidas a este procedimiento son previamente evaluadas con cuidado para descartar que la incontinencia urinaria esté siendo causada por problemas temporales que puedan ser enfrentados de otra manera. Y dependiendo del tipo de incontinencia, se verá si puede emplearse medicamentos, ejercicios u otras terapias y no la cirugía.

[b]De interés[/b]

El equipo de uro ginecología del South Miami Hospital, ubicado en el 6200 SW de la calle 73, en el corazón de Miami, es el que mayor volumen de cirugías para incontinencia realiza en el Estado de La Florida. Y en todo Estados Unidos es el quinto con mayor volumen, al punto de que pronto espera convertirse en el centro de excelencia número uno de la nación en el tratamiento de incontinencia urinaria en la mujer, añadió Sepúlveda. Para las personas que deseen mayor información sobre estos procedimientos, Sepúlveda puso a disposición el correo electrónico International@baptisthealth.net.

Reveló que la técnica de cinta de tensión libre ha tenido tanta repercusión que están recibiendo pacientes de Nueva York, México, Puerto Rico, Venezuela y República Dominicana.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas