En 1994 Toyota forjaba un nuevo segmento con el polivalente Rav4. Los llamados todo caminos o SUV, para entendernos, unos 4×4 basados en una liviana estructura de turismo, vieron la luz con este vehículo. Doce años más tarde, con la tercera generación, la marca japonesa renueva al RAV4 aumentando sus características y adaptándolo a las nuevas exigencias del mercado, ha crecido en dimensiones y calidad.

POR: MAURIZIO FRIGATI

Con la tercera generación del RAV4 Toyota ha vuelto a reinventar el segmento que crearon hace años y han establecido unos nuevos estándares de calidad. En sus 12 años de vida, el revolucionario todo camino de Toyota ha influenciado tan profundamente el mercado automovilístico mundial que ha obligado a los demás constructores a seguirle con autos de características similares. Desde entonces el mercado ha variado mucho, tanto que este segmento de vehículos, que antes no existía, ha pasado a ser uno de los más codiciados y concurrido del mercado.

Ahora oferta y demanda de SUV han crecido de forma vertiginosa. Con más de 1.8 millones de RAV4 vendidos, para Toyota había llegado la hora de emprender la renovación de su primogénito e iniciador de este mercado. El modelo necesitaba un cambio radical para poder competir en un mercado cambiante y a un sin numero de rivales muy agresivos. El reto era devolverle al RAV4 el liderazgo y protagonismo del pasado, por ende los cambios no sólo debían influenciar sus medidas, sino también su línea, prestaciones, cualidades y espacios disponibles. Una serie de mejoras que harían del nuevo RAV4 un auto posicionado muy por encima al segmento que la anterior generación cubría. El nuevo RAV4 lo ha logrado. Y lo ha alcanzado tan bien que todo en él es nuevo, incluida su plataforma, con lo que el auto crece abarcando ahora los 4,6 metros de longitud y 1,81 de ancho. Para lograr más dinamismo, la suspensión delantera ha sido completamente rediseñada, y la trasera es totalmente nueva. También equipa un nuevo sistema de tracción y una nueva dirección electroasistida. Todo esto, además de una línea exterior mucho más agresiva, vuelven a situar al nuevo RAV4 al ápice de su segmento.

Conducción Activa

Los estándares de seguridad activa de este nuevo todo camino sobrepasan de mucho lo acostumbrado hasta ahora. Encomendando por el nuevo sistema integrado de conducción activa, una auténtica novedad en el segmento y que está compuesto por tres elementos: el control activo de torque, el control de estabilidad y la dirección asistida eléctrica. Su funcionamiento pasa por el control de las condiciones de marcha del vehículo a través de innumerables sensores que miden la velocidad en las cuatro ruedas, la aceleración y deceleración y las dificultades de bajada y subida. Y de otros que controlan funciones como el sensor de aceleración, el de posición del cigüeñal, el de recorrido y presión del pedal de freno, y los ángulos de la dirección, que junto con el actuador de dirección asistida eléctrica, controlan la fuerza de dirección.

En el nuevo RAV4 se ha eliminado el tradicional diferencial central, y son estos sensores los encargados de controlar el torque motor transmitido al eje trasero. Las distintas variables de actuación comprenden desde el 100% de transferencia al eje delantero, hasta el 45% en el eje trasero, posibilidad que el conductor puede seleccionar manualmente a través de un interruptor situado en la consola y que se desconecta automáticamente cunado se superan los 40 km/h, momento en que el sistema calcula por sí mismo las condiciones de tracción y la porcentual de fuerza a emplear en los distintos ejes. También equipa un control de asistencia para arranque en pendientes y control de descenso.

Uniones al suelo

Toda esta electrónica, soportada por nuevas suspensiones, lleva un sustancial mejoramiento del comportamiento dinámico del vehículo. La suspensión delantera es tipo McPherson y se ha mejorado para transmitir un mayor confort de marcha y estabilidad en curva. El diseño de la suspensión trasera, única para este modelo, se ha movido entre el compromiso de funcionamiento y el volumen, que debía ser mínimo para permitir un mayor espacio de carga. Para lograrlo se ha utilizado un triángulo doble independiente. Para ayudar el conjunto se instalan neumático 225/65 R 17, montados sobre aros de aleación ligera.

Que mecánica

Como la intención de toyota es colocar el nuevo RAV4 en lo más alto del segmento, además de su completo equipamiento, el modelo debía ser mecánicamente impecable, dinámicamente eficiente y económico en su gestión, y así lo corroboramos.

El modelo de nuestra prueba, con propulsor de cuatro cilindros de gasolina, 2.400 cc. y sistema de válvulas VVT-i (válvulas inteligentes de tiempo variable), se demostró superior a nuestras expectativas. Acelera de maravilla, funciona casi exento de vibraciones y en transito pesado es más maniobrable de las dimensiones que ostenta.

El sobresaliente motor genera una potencia máxima de 170 CV a 6.000 rpm y un torque de 224 Nm a 4.000 revoluciones. A este propulsor se le ha acoplado una caja de cambios automática de cuatro velocidades de una eficiencia y funcionalidad indescriptible.

La velocidad máxima es de 175 km/h, mientras que acelera de 0 a 100 km/h en 12 seg. En lo referente al consumo, en ciclo combinado toyota declara una autonomía de casi 40 km por galón.

Por carreteras

Sin entrar en detalles de rendimiento y estabilidad, es de justicia decir que en nuestra toma de contacto nos han dejado muy satisfechos tanto su equipamiento como su comportamiento. A sus mandos no importa en que carretera transitamos o si el recorrido es tortuoso y tiene baches, de toda forma siempre el RAV4 se encuentra de maravilla.

A sus mandos siempre se percibe esa agradable sensación de estar manejando un automóvil de gran calidad y seguro en todas situaciones.

En definitiva este “clásico” cumple con las cualidades y expectativas que Toyota buscaba: volver pronto a retomar el liderazgo de su segmento. Como curiosidad. Según una investigación de mercado de la marca, tres de cada cuatro compradores de RAV4 nunca habían tenido un vehículo 4×4, y el 80% de ellos no había nunca sido propietario de un Toyota.