Nuevos bríos para
enfrentar la drogadicción

Nuevos bríos para <BR>enfrentar la drogadicción

Parece que era necesario traspasar a un alto mando policial la conducción de la lucha contra el narcotráfico. Por lo general eran oficiales superiores de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas que habían estado al frente de la entidad.

Los hechos habían manchado la hoja de servicios de muchos de esos altos militares. Ellos sucumbían al brillo de un dinero fácil haciéndose de la vista gorda para estimular el incremento galopante del trasiego de drogas hacia Estados Unidos y aumento del consumo local.

Desde que la Policía Nacional tomó el control de la DNCD, con la colocación de un alto oficial de rigurosa disciplina, se inició un resurgir en la decisión de enfrentar el narcotráfico con mano dura, sin importar si hay padrinos políticos o militares envueltos en la actividad.

El éxito logrado a la fecha define un patrón de acción positivo para el país. Esto podría frenar el derrotero perverso que íbamos siguiendo hacia su disolución como Nación, por el ocaso de las generaciones inclinadas hacia una actividad, que cada día atrae a más jóvenes y los convierte en ciudadanos inútiles a la sociedad.

El encuentro de la millonaria suma de dólares, la frecuencia con que están atrapando grandes cantidades de drogas en volúmenes superiores a los 50 kilos y el apresamiento de tantos jóvenes traficantes en los famosos puntos de drogas, demuestra que si la Policía Nacional por tanto tiempo fue tan lenta en cooperar con la DNCD, era porque al frente de la misma habían militares, que por su preparación no conocían la mejor forma de hacerle frente al caos narcótico.

Ahora, con la presencia policial en la DNCD, son otros los aires que soplan en sus oficinas de la Máximo Gómez, a escasa distancia del palacio policial. Existe en estos momentos una laboriosa y agresiva actividad de persecución y de identificación de los narcotraficantes. Los continuos golpes semanales presentan a una institución que, por la labor de profilaxis que realizan constantemente, estaba infectada de mentes podridas que aprovechaban las ventajas del cargo en todos los rangos para ser los medios de proporcionar la impunidad en una actividad altamente rentable, pero peligrosa que aceleraba el trasiego y consumo de drogas.

El país necesitaba una institución fuerte para hacerle frente al narcotráfico, pero la DNCD estuvo minada por los celos e intereses particulares entre militares y policías que entorpecían cualquier acción. La experiencia e historial indica que las jerarquías superiores que estaban al frente de la misma no fueron inmunes a las tentaciones de ver engrosar sus fortunas y darle rienda suelta a sus costosos pasa tiempos y gustos por la buena vida.

Los éxitos de hoy son los compromisos de mañana, ya que el país ha visto con alivio de que la DNCD ha resurgido del lodo en que estaba atrapada gracias a la presencia de oficiales policiales con vasta experiencia y motivaciones más que suficientes para hacer ver que su marginación por años de ese cargo impedía que en el país se enfrentara con energía una actividad, que en la actualidad sostiene la economía de muchos países en el mundo y Dominicana no es una excepción.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas