Nuevos conceptos: postres  raros y complicados

Nuevos conceptos: postres  raros y complicados

EFE. Reportajes. Aunque está universalmente aceptada la premisa de que la comida es una necesidad, mientras que el postre es un placer, y a pesar de que muchos comensales prefieren rematar un ágape con una simple taza de café, los chefs más acreditados no cesan de investigar en busca de nuevos postres, algunos de ellos considerados auténticas rarezas culinarias y otros de un costo prohibitivo para la mayoría de los mortales.

Un lujoso hotel de Sri Lanka, “The Fortress”, ofrece en su carta el que, según sus creadores, puede ser considerado como el postre más caro del mundo. De trata de una delicia que se puede degustar por la astronómica cifra de 14,500 dólares. Lo que convierte al postre del hotel en cuestión, situado en el centro turístico ceilanés de Galle, en un plato tan desmedidamente caro no son los ingredientes culinarios, sino la aguamarina de 80 quilates que decora  la figura de chocolate del plato que representa a un pescador.

“Revolución del dulce”. Al margen de apuestas desmesuradas, la realidad se impone y los chefs más acreditados no cesan de investigar en la búsqueda de nuevos sabores y presentaciones atrevidas para esos pequeños platos que ponen colofón a una buena comida. Por ejemplo, en las convenciones culinarias más recientes de restaurantes latinos en Estados Unidos la nueva repostería de estos establecimiento apuesta por el placer visual de los platos, convertidos en sugerentes tablas cromáticas. 

Los impulsores de esta corriente la califican como “revolución del dulce”. Se trata de un nuevo concepto que se caracteriza por una mayor ligereza en los postres, para lo cual los reposteros recurren a las frutas frescas  tropicales en lugar de las que se comercializan en conserva y a la mezcla de sabores dulce suaves con ingredientes picantes.

Por ejemplo, el restaurante Harvest Vine, de Seattle, incluye en su carta una tarta de chocolate al pimiento choricero con salsa de pimiento del piquillo, si bien la creadora del plato, Carolin Jiménez recomienda acompañarlo de una copa de jerez Lustau East India Solera para rebajar la textura picante. Mientras tanto, el chef venezolano Edgar Leal, un verdadero innovador de la cocina hispana en Miami, sirve en su restaurante Cacao, de Coral Gables, un mousse de chocolate con espuma fresca de  chinola fresca (fruta de la pasión).

El creador del postre consigue fusionar la sensación de frescor de la fruta con el toque amargo del cacao de gran pureza.

Rosas, lichis y frambuesas. En Europa, en cambio, las opciones son distintas, y quizá algo más vanguardistas.  En enero de 2007, el maestro pastelero francés Pierre Hermé, durante la Cumbre Mundial de Gastronomía Madrid Fusión, “rindió un homenaje” a los sabores más demandados por sus clientes y reunidos en una colección denominada “Fetiche”, compuesta por diversos pasteles con los ocho sabores más emblemáticos de su producción, como el que denomina “ispahan” y que es el resultado de la combinación de rosas, lichis y frambuesas.

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“Un postre pesado”

Así, el  diseñador David Delfín asegura haberse inspirado en el movimiento artístico surrealista y en los “españolísimos” huevos fritos con papas, para crear un postre que ha figurado en la carta del restaurante del Hotel Intercontinental de Madrid durante toda la temporada veraniega. El creador reconoce que se trata de un postre “un tanto pesado”, pero que experimentó previamente para hacerlo fácil al paladar con el chef del restaurante. Para Delfín esta creación ha sido un reto.

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