Desde principios de año, el Ministerio de Obras Publicas ha venido anunciando el inicio de la  construcción  y reparación de numerosas vías en todo el país, al tiempo que la ciudadanía se emocionaba,  y más la clase profesional del CODIA, cuando en diciembre se procedió al sorteo de las diez mil aulas a ser reparadas o construidas, concitando una demanda de los profesionales para ver si la suerte los favorecía.

También, la  CAASD e INAPA realizaron sorteos de diversas obras hidráulicas  que favorecieron  a ingenieros inscritos en los sorteos, pero al mismo tiempo se veía a la CAASD inmersa  en la excavación de zanjas para tuberías de gran diámetro en las avenidas Rómulo Betancourt y Cayetano Germosén para  mejorar el servicio de agua de esos sectores  del oeste de la ciudad, que sin concurso previo o sorteo, de un día para otro, aparecía  un contratista destrozando  calles recién asfaltadas para preparar  las zanjas que ya están recibiendo las nuevas tuberías de 20 pulgadas de diámetro.

El inicio de trabajos de construcción y reconstrucción de carreteras que Obras Públicas lleva a cabo, dejan la duda en todos de que el grado a grado ha vuelto de nuevo  y con más bríos, como en sus mejores tiempos de la administración anterior, que por su preeminencia dio lugar a  maniobras de enriquecimiento y obras mal hechas  que todavía no se han aclarado.

Obras Públicas  ha anunciado la reconstrucción de numerosas vías  en torno a San Francisco de Macorís, Salcedo y Nagua, así como en la zona de San Juan, y hasta una carretera que periódicamente se anuncia en cada gobierno  su reconstrucción, como es la de San Francisco-Hato Damas, en la provincia de San Cristóbal.

Es importante que los responsables  de Obras Públicas aclaren bajo cuáles criterios legales se han adjudicado tantos contratos,  ya sea  de grado a grado o lo que establece la ley  para obras de emergencia cuando el país ha sufrido un percance natural de envergadura, cosa que no ha ocurrido en los pasados meses, o acaso se llevó a cabo una licitación restringida con escasos participantes, o se trató de obras adjudicadas antes del 16 de agosto del 2012 y fue ahora que se autorizó el inicio. Lamentablemente no se repitió la acción de la  carretera Piedra Blanca a  Rancho Arriba que se paralizó para revisar el presupuesto y adecuarlo a las necesidades  y recursos nacionales. 

 Da la impresión, y es la creencia en los sectores profesionales  de la ingeniería, que los sorteos de las escuelas a ser intervenidas, así como algunos acueductos de INAPA y otras de la CAASD que han sido sorteados, fueron una cortina de humo para aplacar  las exigencias profesionales de llevar transparencia a las obras oficiales, desterrando al perjudicial sistema del grado a grado.

 Se sabe que existen numerosos contratos amarrados con empresas y bancos brasileños, por los préstamos de ese origen carioca que no se pueden rescindir, como es el de la carretera de Bávaro a Sabana de la Mar por todo  el litoral noreste del país, para incorporar al turismo una zona de hermosas playas  y de atractivo virgen para llenar la zona de visitantes.

La transparencia debe prevalecer, como es el comportamiento del Presidente Medina, que ya nos tenía acostumbrados. Si se están otorgando contratos de grado a grado, para eludir los lentos trámites burocráticos  de los concursos o sorteos, debería estar basado en un meticuloso y bien elaborado presupuesto para satisfacer las demandas de la  población, reclamando sus obras,  o el cumplimiento de compromisos de campaña con quienes aportaron  sumas considerables de dinero a la candidatura ganadora.