En un acto solemne y emotivo fueron introducidos el pasado domingo seis distinguidos y destacados munícipes mocanos en el Templo de la Fama de Moca cuando se llevó a cabo el octavo ceremonial en el Teatro Don Bosco de allí.
Uno de ellos fue el destacado futbolista y entrenador de ese deporte José de Jesús -Papi Sosa- Pichardo, quien fue partícipe de los principales años de gloria del fútbol mocano en las décadas de 1970 y 1980.
Además, se distinguió como jugador de la selección nacional de fútbol, la cual integró por más de 14 años, siendo uno de dos que participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santo Domingo 1974 y en los de Santiago 1986. En esas dos décadas citadas, Papi fue eje principal de todos los títulos nacionales obtenidos por el fútbol de Moca, tanto en los torneos nacionales de primera división como en los Juegos Nacionales. La inmortalización de Papi Sosa es un justo reconocimiento a sus importantes aportes al fútbol mocano.
Junto a él fueron inmortalizados Ciprián Bencosme, Machilo Guzmán, Ercilio Veloz Burgos, Antonio Guadalupe y el doctor Ángel –Angie- Caputo. Este octavo ceremonial tuvo especial dedicación al licenciado Adriano Miguel Oscar Tejada y Escoboza, que para los mocanos fue, y es, sencillamente “Linche”.
En los siete ceremoniales anteriores han sido exaltados numerosos deportistas de diferentes ramas, entre los que se encuentran Damasito García, Bragañita García, Verman Mejía, Angel Féliz, Livia Russo, Fabio Fiallo, Fonso Peña, Rubén Lulo, José Miguel Pereyra, José Sánchez, Francisco Malagón, Alberto Rezek, Teresa Almánzar y Pedro Gómez.
¡Salve inmortales!