En el 1967, monseñor Agripino Núñez publicó su libro: “Un Nuevo Estilo Universitario en la República Dominicana”, donde omitió importantes aspectos de la fundación que yo aclaré en otro artículo: “Notas para la Prehistoria de la UCMM”, que él me dijo desconocía. Ha pasado mucho tiempo y monseñor Agripino las olvidó nuevamente.
´´La fundación de la PUCMM por monseñor Hugo Polanco Brito´´, bajo patrocinio de la Iglesia tuvo su origen en una iniciativa que yo impulsé a mi regreso del exilio. Dicha campaña se inició con un artículo mío aparecido en el periódico ´´ El Caribe´´ el 22 de diciembre del 1961.
Para esa Universidad propuse los nombres de ´´Santiago de la Paz´´, en honor al centro académico de ese nombre que funcionó en Santo Domingo en días de la Colonia; o´´Núñez de Cáceres´´, prócer de la Independencia Efímera que restableció en 1815 la Universidad de Santo Domingo.
También propuse que en dicha universidad se crearan carreras de incidencia para el desarrollo nacional, tales como Agronomía, Veterinaria, Ingeniería Eléctrica, Mecánica, Química e Industrial, así como una escuela de Medicina anexa a un hospital del Estado.
De esa iniciativa se hizo eco el diario ´´La Información´´ de Santiago en fecha 9 de enero del 1962, y pronto comencé a recibir apoyo de parte de sectores de esa región.
La idea contó con el respaldo de intelectuales como Juan Isidro Jimenes Grullón y Gustavo Mejía Ricart; así como de la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios (ANES). Asimismo se constituyó una “Asociación de Bachilleres Pro Universidad del Cibao”. Para luchar por su Realización.
El comité santiaguero de la ANES, presidido por el joven Manuel Bueno, y la Asociación de Bachilleres ´´Pro Universidad del Cibao´´me invitaron a que pronunciara una conferencia sobre el tema en el Ateneo ´´Amantes de la Luz´´, la cual pronuncié el día 13 de abril del 1962 ante una nutrida concurrencia, bajo el título de ´´El Papel de una Universidad en el progreso Integral del Cibao´´.
En dicha conferencia fue cuando usé por primera vez la expresión que usó monseñor Núñez en la pág. 60 de su libro, aunque sin mencionarme probablemente por ignorarlo, que “La diferencia entre un pueblo y una ciudad es la existencia de una Universidad”.
Tampoco consignó mi amigo monseñor Agripino la gestión del Lic. Sully Bonnelly, embajador en el Vaticano y hermano del presidente de la República, para que la iglesia auspiciara una universidad católica, porque la élite de Santiago no quería una universidad estatal.
Ya creada la UCMM en 1963, se tomó la decisión de crear las carreras de Administración de Empresas, Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Mecánica, y más tarde las Ingenierías Industrial, Civil, Agronómica y Química. Es decir, que su fundador aceptó también el criterio de carreras prioritarias que yo propuse desde el 1961 para la Universidad de Santiago, tal como éste me confirmó personalmente.
Por supuesto que esto no desmerita el valioso aporte a la comunidad realizado por monseñor Polanco al fundar la UCMM y otras instituciones, porque el mayor mérito de un hombre público no es tener una idea esclarecida; sino la clarividencia para diferenciar las utopías de los proyectos realizables; y llevar estos últimos a la práctica.
Aclaro esto para que prevalezca la verdad histórica…