Los cambios culturales y de mentalidad, vale decir procesos mediante los cuales grupos laborales o de producción pueden llegar a tener un enfoque más certero, realista, creativo y eficaz sobre sus diferentes actividades, constituyen en la vida actual un imperativo de primer orden, imprescindible para lograr por ejemplo una clara noción de cómo se puede alcanzar un estándar perdurable de productividad.
Por falta de visión y de previsibles estrategias ante cambios desfavorables, a veces se carece de mecanismos para reaccionar frente a eventos desfavorables y en medio de situaciones de este tipo, lo peor es recurrir a comparaciones o parámetros foráneos donde existen políticas muy particulares ajenas a nuestra realidad doméstica.
Aunque la situación en ese sentido ha ido cambiando gradualmente, por décadas vimos como el sector industrial nativo estuvo dormido en sus laureles, afianzado como un náufrago a una ley proteccionista de incentivo y cuando vino a despertar entonces se reveló dramáticamente que carecía de competitividad.
Sólo logró remontarse en el tiempo con nuevos horizontes cuando se puso las pilas y abrió las puertas a reinventarse, mediante una profunda revisión de toda su estructura productiva, dejando atrás argumentos de que en otros países tales metas podían mantenerse únicamente con grandes incentivos facilitados por el Estado.
A la luz de las nuevas realidades del mercado, tanto local como internacional, la experiencia debe ser asimilada por el sector productivo en general y particularmente por el ganadero, en vista de la crisis por la que pasa en estos momentos ante los graves perjuicios provocados por la sequía que se registra en varias zonas del país y que, según las previsiones meteorológicas, parece que se prolongará aún más.
En tales circunstancias, es natural y comprensible que busque auxilio, pero sería inteligente aprovechar la coyuntura para replantear toda su cadena operacional y mejorar la calidad de su producción lechera, elevar el nivel genético de sus ejemplares y considerar otros puntos sugeridos por el doctor cubano Pastor Ponce Ceballos, experto en producción animal, fisiología, bioquímica y calidad de alimentos.
Ponce Ceballos, con una trayectoria de más de 30 años de asesoría a empresas dedicadas a la producción de alimentos, recomienda visualizar las fincas ganaderas como empresas, reducir costos, mejorar la calidad de la leche fresca y tener reservas de alimentos para los periodos de sequía.
En cuanto a un aspecto que es objeto de reclamo y controversia, el especialista sostiene que es improcedente un aumento en el precio de la leche, tras indicar que lo que se paga localmente es superior a los niveles que se observan en muchos países.
Aunque reconoce que el costo de la materia prima para ganado en República Dominicana es uno de los más altos de América Latina, el Caribe y el mundo, recomienda a los ganaderos nativos hacer una revisión exhaustiva de todas sus estructuras para incrementar la productividad y competividad del sector sobre bases sustentables en el tiempo.
En mayor o menor medida, otros sectores productivos del país, incluidos los medios de comunicación, no están exentos de este crucial desafío, que puede tener provechosos resultados si se asume con decisión, buena asesoría y sin pérdida de tiempo.