La iglesia católica estuvo muy activa ayer en la realización de la eucaristía de la solemnidad de Corpus Christi, en especial en los templos de la Ciudad Colonial.
Esta celebración instituida desde hace 800 años, en la Edad Media, y que recuerda y medita en torno a la encarnación de Dios, atrajo un gran número de feligreses a la fiesta en la que es conmemorada la presencia viva de Jesús Sacramentado en la humanidad.
“La fiesta hoy es vivir, experimentar en torno a todo el misterio de la encarnación de Dios, pero también de haberse quedado en las especies eucarísticas de pan y vino, a través de la consagración del ministro ordenado. Esto es una dimensión que se entiende por fe”, dijo fray Aridio Castro Tejada, del convento dominico que ayer ofició dos servicios en la mañana.
Otro nutrido grupo de feligreses acudió a escuchar el sermón del reverendo Milcíades Florentino Romero.
El rector de la Catedral castrense Santa Bárbara de los hombres de la mar también tuvo palabras de reflexión sobre esperanza y paz a los fieles.
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Milagros posibles
En el Santuario Arquidiocesano de Nuestra Señora de la Altagracia, el padre Nelkys Acevedo, tras la adoración, reflexionó sobre el dilema de la vida, frente a lo que Dios da.
“La historia se encarga de hacernos ver qué nuestra carne no es suficiente para hacer frente a lo que Dios quiere”, expresó y puso el ejemplo de los cinco panes y dos peces, que humanamente no eran suficientes para alimentar las 5,000 personas, sin embargo, en las manos de Dios sí se puede.
En la iglesia de Las Mercedes, el padre Frankely Rodríguez, dio un sermón para motivar a los católicos a actuar como los discípulos de Jesús ayudando en la repartición tras la multiplicación de los panes.
“Hoy también el presidente necesita de nosotros, el tren gubernamental necesita de nosotros. Así como Jesús necesitó de sus discípulos para darle de comer a los hambrientos, también hoy tenemos que unirnos los dominicanos”, proclamó el sacerdote.
Rodríguez pidió no criticar, y mejor actuar para que el país mejore.