Si se siente apático, cansado o no tiene fuerzas para realizar cualquier tarea, por mínima que sea, debe vigilar y fortalecer su sistema inmune. Puede consumir los siguientes nutrientes.

Lácteos fermentados.  La moda de los productos ricos en determinadas bacterias tiene  su porqué. Los lácteos fermentados son buenísimos para subir las defensas del intestino. Es decir, alimentos tan comunes como el yogur.

Cítricos.  Las naranjas, el kiwi o las frutas del bosque, son alimentos ricos en vitamina C. La carencia de la misma reduce la actividad de los macrófagos, células inmunitarias que se comen literalmente a las bacterias y a los virus invasores.

Grasas buenas.  Son las que llevan ácidos grasos esenciales omega 3, y por otro lado se combinan con la vitamina E. El aceite de oliva, el pescado azul, la semilla de girasol, también las contienen.

Ajo y cebolla.  La alicina de  ambos es una sustancia antibacteriana de las propias plantas que cumplen una función protectora, cuando los consumimos crudos.

Hierro.  Previene la anemia, una situación muy habitual, sobre todo en las mujeres. La carne roja es un alimento rico en hierro.