NUEVA YORK, (AFP).- Más de siete millones de usuarios diarios podrían verse afectados si los empleados del metro, autobuses y los transportes públicos de Nueva York llevan a cabo su amenazar de ir a la huelga el próximo viernes por primera vez en 25 años.
Los empleados de la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA, por sus siglas en inglés) votaron el sábado a favor de ir a la huelga si la medianoche del jueves al viernes no han llegado a un acuerdo satisfactorio con la empresa para renovar el convenio salarial bianual.

Las reuniones entre ambas partes debían reanudarse este martes y, según la cadena de televisión local NY1, la MTA mejorará una oferta inicial que los sindicatos consideraban inaceptable.

Entre otras medidas, la MTA propondrá un aumento de los salarios del 6% en un periodo de 27 meses en vez de un 5% en 24 meses.

Además, la Autoridad abandona su intención de condicionar las mejoras salariales a la reducción de las bajas por enfermedad de los empleados y pide a los sindicatos que pospongan su amenazar de ir a la huelga.

Estos reclaman una mejora salarial de 8% en dos años y quieren que la edad de jubilación sea rebajada de 55 a 50 años, mientras que la MTA pide aumentarla para los nuevos empleados a 62 años.

La última vez que los transportes públicos de Nueva York vivieron una huelga fue en 1980. El paro duró 11 días, costó a los sectores privado y público de la ciudad alrededor de 1.000 millones de dólares y llevó Ed Koch, alcalde en aquel momento, a comparar el caos creado con el que vivió Londres durante los bombardeos alemanes de la Segunda Guerra Mundial.

Catorce años antes, en 1966, otra huelga que duró 12 días llevó a la aprobación de la Ley Taylor, que convirtió en ilegales las huelgas de los empleados públicos o funcionarios.

Los trabajadores tenían previsto crear un fondo de solidaridad para hacer frente a las multas y fuertes sanciones que conllevaría la huelga.

Las autoridades municipales estiman que el paro podría causar pérdidas de hasta 12 millones de dólares diarios en impuestos no recaudados así como otros 10 millones diarios en concepto de horas extraordinarias pagadas a la policía.

En su intervención radiofónica semanal, el alcalde Michael Bloomberg cuestionó el argumento de los sindicatos de que los cofres de la MTA rebosan de dinero.

“No es verdad (…) tienen un gran déficit estructural” que se llevará el aumento de lo recaudado en impuestos sobre la propiedad, dijo Bloomberg.

A la espera de acontecimientos, la ciudad ya ha difundido los detalles de su plan para hacer frente a la huelga.

Para evitar un colapso circulatorio en Manhattan, sólo los coches con cuatro o más ocupantes serán autorizados a ingresar en un cierto perímetro de la isla entre las cinco y las 11 de la mañana.

Durante las horas de máximo tráfico de la tarde, todos los carriles de los puentes de Williamsburg y Manhattan y varios túneles de la ciudad serán para salir de Manhattan.

Asimismo, los taxis tendrán permitido recoger a más de un pasajero si van en la misma dirección.