Vietnam— La misión del presidente estadounidense Barack Obama en Vietnam y Japón es construir lazos económicos y de seguridad más fuertes con aliados en Asia y el Pacífico nerviosos por el ascenso de China. Ese mensaje será presentado por Obama al tiempo que el presidente confronta legados de dos guerras pasadas — Vietnam y la II Guerra Mundial — aún cargados de emoción.
La primera escala de Obama en su gira de una semana por Asia fue Vietnam, donde es el tercer presidente estadounidense en visitar el país dese el fin de la guerra.
Cuatro décadas después de la caída de Saigón y dos desde que el entonces presidente Bill Clinton restaurara los lazos bilaterales, Obama está deseoso de mejorar las relaciones con una nación emergente cuya clase media en expansión la hace un prometedor mercado para productos estadounidenses en la región, y un contrapeso para el poderío chino. Obama llegó a Hanoi el domingo por la noche.
Durante su visita de tres días a Vietnam, promoverá la necesidad de fortaleces lazos comerciales y de seguridad, incluyendo la aprobación del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, que está varado en el Congreso y enfrenta fuerte oposición de los candidatos presidenciales en Estados Unidos.
Vietnam espera además que la vista de Obama borre un molesto vestigio de la guerra, levantando un embargo parcial a la venta de armas al país asiático. La idea es ponderada, pero preocupaciones por el historial de derechos humanos en Vietnam pudieran obstaculizarla.
En Japón, Obama asistirá a una cumbre del Grupo de los 7, en la que un tema central será la incertidumbre en la economía global. Los líderes lidiarán además con una serie de retos mundiales, como la lucha contra el Estado Islámico en Irak y Siria, la crisis de refugiados en Europa y la agresión rusa.
Asimismo, estarán en la agenda los reclamos de territorios de Beijing en el Mar de China Meridional, que están causando tensiones con otros países en la región. Aunque no se espera que la cumbre produzca ningún progreso considerable, ofrece a los gobernantes una rara oportunidad para hablar sobre las dificultades que enfrentan.
La culminación del viaje de Obama será una visita solemne a Hiroshima, donde en 1945 Estados Unidos arrojó la primera bomba atómica, que mató a 140.000 personas y desató la era nuclear.
Otra bomba mató a 70.000 personas en Nagasaki tres días más tarde. Será un momento para reflexionar sobre los costos devastadores de las guerras y para dar un nuevo impulso al llamado a un mundo desnuclearizado hecho por Obama hace siete años.