Obama en la ruta
El “americano” común está muy angustiado por la recesión

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JULIO BREA FRANCO 
jebfa9@gmail.com
Cada día más gente, fuera de Estados Unidos,  está  entusiasmada con Barak Obama. La impopularidad de Bush y su gobierno agonizante, la guerra en Irak, pérdida en la paz,  y todo lo que se le pega, con o sin razón al Presidente “americano”,  hace apetecible y esperanzador  un cambio  en la Casa Blanca por las palancas de  poder mundial que allí se mueven.

Los datos son elocuentes: las simpatías por Obama en Francia lindan  el 68 por ciento; en España el 67%, Nigeria (67%),  Alemania (64%) e India (59%). Fueron estos los resultados de la  encuesta del Centro Pew realizada en 24 países  entre marzo y abril pasado. Se confía más en el demócrata en su rival republicano, John McCain, los presuntos (presumptive) nominados. Obama es un buen “refresh” para la imagen de Estados Unidos.  Al menos,  por ahora.

Los que van a decidir, sin embargo serán los ciudadanos estadounidenses que acudan  a votar  el próximo noviembre. A estos  votantes  no les importa lo que piensen los extranjeros, ni lo que vaya a cambiarse en la política exterior. A lo sumo lo que muchos sí quieren es que los “muchachos” regresen a casa sanos y salvos. 

Hay ciertamente muchos desafíos en el plano internacional, pero el “americano” común está muy angustiado por la recesión, los precios de los combustibles,  por mantener sus  empleos,  su seguro médico y no estar expuesto a perder sus viviendas.   Son problemas muy reales y  muy cercanos a todos.

Obama ha demostrado ser atractivo para un amplio segmento de los estadounidenses. Es una esperanza en expansión,  labrada en un largo y agotador proceso de primarias. Su figura es muy atractiva. No habla como afroamericano: su discurso trasciende esas y otras diferencias.  Ha convencido pero aún le queda mucho por  seguir insuflando entusiasmo. En el sur profundo la gente no lo compra fácil. Los argumentos pueden lucir superficiales: Obama es como Osama.

Está en la ruta pero aún queda camino por recorrer. Las primarias fueron un pulso con Hilary Clinton. Ella finalmente  perdió la batalla por la nominación pero no la guerra. Tiene una carrera política aun en acto.  Puede ser como Bill,  “the comeback kid” quien perdió la reelección en la Gobernación de Arkansas pero volvió para recuperarla. Son gente extraordinariamente ambiciosa.  Y curtida políticamente. 

Los resultados agregados de las primarias arrojó una  de 305  delegados y superdelegados; 123 en delegados comprometidos y 196 en superdelegados. El total general: 2,201 contra 1,896.  En cuanto al voto popular, las cuentas de Hillary son muy discutibles. Sin Florida y  Michigan (que no contaron), Obama la supera por medio millón de votos; si se cuentan, como ella argumenta,  la diferencia está a su favor por 120 mil. Pero esta variable no es regla de juego: son los estados los importantes, en primarias y en las elecciones.   Estados Unidos es una Federación.   

Obama lleva delantera y capitaliza esperanzas. Lo de mañana será ganarle a McCain. Hoy están 47 a 43%.

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