WASHINGTON. AFP. El presidente Barack Obama y sus aliados gastan los últimos cartuchos para recapturar a su electorado antes del 2 de noviembre, con el fin de cortar el impulso que parecen haber tomado los republicanos a una semana de las legislativas parciales en Estados Unidos.

Durante una gira de cuatro días por el oeste del país, Obama habló a sus seguidores demócratas, pero también a grupos que podrían marcar la diferencia el día de la votación: las mujeres y los latinos.

En Seattle (noroeste), donde se reunió con mujeres en una cita cuidadosamente organizada, el presidente insistió el jueves sobre los beneficios que les aportan sus reformas, tanto la del seguro de salud como la de regulación financiera.

Más directa, una de las consejeras cercanas de Obama, Valerie Jarrett, había advertido que si los republicanos derogan esas dos reformas –tal como lo prometieron en caso de ganar las legislativas–, «los efectos sobre las mujeres serían devastadores».

De paso el viernes por Los Angeles, la seguna ciudad de Estados Unidos y la mitad de cuya población es de origen hispano, Obama también quiso movilizar a esa comunidad, dos tercios de la cual se inclinaron por él en 2008.

En el mismo momento, el Partido Demócrata anunciaba una inversión «sin precedentes» de un millón de dólares en propaganda destinada a los medios hispaos. En esa propaganda, y hablando en español, Obama llama a los electores a ayudarlo «a defender lo que hemos comenzado».

Los votos hispánicos podrían resultar decisivos en una de las elecciones más simbólicas, en Nevada (oeste), donde el jefe de la mayoría en el Senado, Harry Reid, se juega la permanencia política frente a una candidata novata, surgida del ultraconservador movimiento republicano «Tea Party».

El jefe de Estado hizo escala el viernes en Las Vegas para defender nuevamente a ese cercano aliado. La primera dama, Michelle Obama, y el vicepresidente, Joe Biden, también se movilizaron para apotar a Reid, cuya victoria está lejos de ser un hecho.

Obama dará un último empuje antes de la elección, al visitar el 30 y 31 de octubre al menos cuatro estados donde los demócratas también están en dificultades.

Para controlar el Senado, los republicanos deben obtener diez escaños más de los que tienen, pero los analistas consideran que los demócratas mantendrán la mayoría de esa cámara, necesaria para validar la orientación política del gobierno e impedir que salgan adelante los proyectos de la oposición.

El Partido Demócrata dispone actualmente de 59 de las 100 bancas en el Senado.

En la Cámara de Representantes, cuyos 435 escaños serán renovados, los republicanos necesitan 39 bancas para arrebatarle la mayoría a los demócratas, y tienen 75% de posibilidades de lograrlo, según el analista Nate Silver del blog «FiveThirtyEight», en el sitio web del diario New York Times.

De su lado, pese a una retórica reforzada en las reuniones públicas, Obama pidió recientemente más cooperación para después del 2 de noviembre, al parecer admitiendo que sus adversarios resultarán triunfadores en los comicios.

«Espero que después de las elecciones, no importa cuáles sean los resultados, el Partido Republicano reconozca que no puede permanecer en el banco de suplentes y deben participar para intentar encontrar una solución a los problemas que desde hace mucho afectan a Estados Unidos», dijo el presidente el martes ante periodistas.

El 2 de noviembre, los estadounidenses renuevan la Cámara de Representantes en su totalidad, un tercio del Senado y 37 de los 50 cargos de gobernador.

Los cuatro días de campaña y recaudación de fondos han sido agotadores para el presidente, quien desde el miércoles ha viajado a los estados de Oregón, Washington, California y Nevada antes de recalar en Minnesota.

Ha ayudado a sus aliados en el Congreso, como el líder de la mayoría en el senado Harry Reid, quienes encuentran competencia reñida debido al temor e indignación de los votantes por el estado de la economía y el desempleo que sigue rondando casi en el 10%.

Los republicanos han hecho de Reid su principal objetivo en las elecciones. El partido de minoría necesita ganar diez bancas para tomar control del Senado, y desbancar al demócrata más poderoso en la cámara alta sería un golpe para Obama.

Obama toma descanso tras fuerte ajetreo

WASHINGTON.  AP.  El presidente Barack Obama hizo una pausa el domingo en la Casa Blanca después de cuatro días de intensa campaña en cinco estados, tras una serie de presentaciones en público que los demócratas esperan impida que los republicanos tomen control de la Cámara de Representantes en las elecciones del 2 de noviembre.

El mensaje del presidente varió poco de uno a otro escenario. Dijo en los actos proselitistas y campañas de recaudación de fondos que los votantes enfrentan la alternativa entre las políticas económicas republicanas «que nos metieron en este embrollo» o la lucha todavía inconclusa de los demócratas por sacar a la nación de su peor crisis fiscal en décadas. Aunque Obama no está en las boletas de votación este año, el presidente ha revivido su campaña personal.